viernes, 9 de enero de 2009

El Mercader de Venecia (Versión libre para espacio no convencionales)

El Mercader de Venecia.
De William Shakespeare.
Versión Libre de César Eduardo Rojas Márquez.

La acción transcurre entre Venecia y Belmonte.

Personajes:

1. Antonio (Mercader de Venecia)
2. Basanio (Enamorado de Porcia)
3. Porcia (Rica heredera)
4. Graciano (Amigo de Basanio)
5. Nerisa (Doncella de Porcia)
6. Lorenzo (Enamorado de Jesica)
7. Shylock (Judío padre de Jesica)
8. El Dux
9. Tubal (Amigo de Shylock)
10. Jésica (Hija de Shylock)
11. El Francés (mensajero)











Acto I
Primera Escena

UNA CALLE DE VENECIA. LLEGAN ANTONIO Y BASANIO.
BASANIO.- Para hablar largo rato sobre las cosas más inútiles, no tiene Graciano igual en toda Venecia. Sin embargo, estoy muy satisfecho de que esté con nosotros a la hora de la cena. (LLAMANDO) ¡Graciano!
ANTONIO.- Hablemos de otro asunto. ¿Quién es esa hermosa dama por la que pretendes iniciar una secreta peregrinación? Recuerda que has prometido confiármelo todo hoy.
BASANIO.- No ignoras, Antonio, hasta qué punto he disipado mi fortuna. A ti te debo, tanto dinero como amistad, y precisamente mi confianza en esta amistad me impulsa a confiarte los planes y proyectos que he formado para librarme de todas mis deudas.
ANTONIO.- Te suplico, Basanio, que me expliques, y si, como creo de ti, no se apartan las sendas del honor, puedes estar seguro de que mi bolsillo, mi persona y mis recursos se hallan completamente a tu disposición.
BASANIO.- Vive en Belmonte una rica heredera, hermosa, más hermosa que la belleza, y adornada además de las más raras virtudes. Varias veces he recibido mensajes sin palabras de sus encantadores ojos.
ANTONIO.- ¿Su nombre?
BASANIO.- Porcia.
ANTONIO.- Extraño nombre para una frágil damisela.
BASANIO.- Es una ninfa digna, dulce, de hermosos rizos de oro, bella, virginal, por lo que no es de extrañar que el mundo entero sepa admirarla como se merece y que de los cuatro vientos le lleguen pretendientes. ¡Oh, Antonio, amigo... si encontrara tan sólo los medios necesarios para disputársela a esos rivales, yo sé que saldría vencedor...!
ANTONIO.- No ignoras que tengo en este momento toda mi riqueza en el mar, que no me hallo con dinero, y que me sería imposible proporcionarte una cantidad crecida. Sin embargo, calcula cuál es mi crédito en Venecia y ten por seguro que agotaré todos los recursos para que puedas llegar hasta Porcia.

Acto I
Segunda Escena

BELMONTE. UNA HABITACIÓN EN LA CASA DE PORCIA.
ENTRAN PORCIA Y NERISA.
PORCIA.- Estoy cansada.
NERISA.- Por lo que veo los que tienen de todo están tan enfermos como los que se mueren de hambre, de lo cual deduzco que sólo con la medianía se consigue alguna felicidad, y que se vive más cuando nada sobra ni falta.
PORCIA.- Dime: ¿a quién debo elegir? pues debo obedecer los últimos deseos de un padre que no existe ¿No es bien duro, Nerisa, no poder escoger ni desdeñar a ninguno de ellos?
NERISA.- No debes temer, señora, poseer a ninguno de esos señores, porque me han dicho que tienen intención de no importunarte más, a menos que pudieran obtener tu mano por medio de la elección de los cofres indicados por tu padre.
PORCIA.- No hay entre ellos uno cuya ausencia me dé pena y suplico al cielo que les otorgue feliz partida.
NERISA.- ¿No te acuerdas, señora, de un veneciano galán, agraciado e instruido, que vino aquí en tiempos de tu padre, acompañando al marqués de Montferrat?
PORCIA.- Sí, sí, Basanio; así se llamaba, creo.
NERISA.- Es el que me ha parecido más digno de poseer a una mujer hermosa.
PORCIA.- Le recuerdo bien, y recuerdo que era digno de tus elogios.
ENTRA UN CRIADO.
CRIADO.- Señora.
PORCIA.- ¿Qué quieres?
CRIADO.- Los cuatro extranjeros desean despedirse de mi señora y acaba de llegar un mensajero del príncipe de Marruecos, para anunciar que su señor llega esta noche.
PORCIA.- Si pudiera verle llegar con tanto gusto como veo partir a los demás tendría un placer infinito. Ven Nerisa (AL CRIADO) Ve tú adelante. Apenas cerramos la puerta tras un pretendiente, cuando otro llama a la puerta. (SALEN)

Acto I
Tercera Escena

VENECIA. UNA PLAZA.
LOS CABALLOS CIRCULAN POR LA PLAZA.
TODOS.- Somos, el galpón de San Fidel y este es el Mercader de Venecia.
LORENZA.- ¡De William Shakespeare!
TODOS SALEN.



Acto I
Cuarta Escena

ENTRA BASANIO Y SHYLOCK.
SHYLOCK.- ¿Tres mil ducados...? Bien.
BASANIO.- Sí señor; y por tres meses.
SHYLOCK.- ¿Por tres meses...? Bien.
BASANIO.- Y por garantía de esa cantidad, como dije, un recibo de Antonio.
SHYLOCK.- ¿Un recibo de Antonio...? Bien.
BASANIO.- ¿Qué contestas?
SHYLOCK.- Que me parece bien Antonio.
BASANIO.- ¿Tienes algún motivo para pensar lo contrario?
SHYLOCK.- De ningún modo. Cuando digo que me parece bien, digo que ofrece suficiente garantía; pero su fortuna está muy expuesta... los buques no son más que tablas y los marineros hombres. Sin embargo Antonio ofrece suficiente garantía... Tres mil ducados... creo que pueda recibir tu recibo.
BASANIO.- Está seguro de que puedes aceptarlo.
SHYLOCK.- Estoy pensando en los fondos que tengo disponibles, y si mi memoria no me engaña, creo que no podría entregarte inmediatamente los tres mil ducados. Pero no importa; acudiré a mi amigo Tubal, el rico israelita de mi tribu... ¿Quien es ese que viene allá?
BASANIO.- Es Antonio.
SHYLOCK.- (APARTE) ¡Cuánto se parece a un hipócrita! Lo odio porque es cristiano, pero le odio aun más porque es tan necio que presta dinero sin interés. Se burla de mí, de mi comercio, de mis legítimos lucros, que se atreve a clasificar de usura. Caiga la maldición sobre mi tribu si llego a perdonarlo.
LLEGA ANTONIO.
SHYLOCK.- (OBVIANDO A ANTONIO PARA QUE ESTE ESCUCHE) Pero vamos despacio... ¿Por cuántos meses deseas esa cantidad?
BASANIO.- Por tres meses.
SHYLOCK.- Señor Antonio, teníamos el placer de hablar de usted.
ANTONIO.- Shylock, sabes que no acostumbro prestar ni tomar prestado a interés, pero el deseo de servir a un amigo me obliga hoy a faltar a mi costumbre (A BASANIO) ¿Sabe la cantidad que necesitas?
SHYLOCK.- Sí, sí, tres mil ducados.
ANTONIO.- Y por tres meses...
SHYLOCK.- Lo había olvidado. Tres meses... (A BASANIO) Me lo habías dicho. (ANTONIO) Bien, me darás el recibo y lo pensaremos. Pero escucha: me has dicho que no tienes costumbre a prestar ni de pedir prestado a interés.
ANTONIO.- No lo hago nunca.
SHYLOCK.- Señor Antonio, una y mil veces me has maltratado a propósito de mi dinero y de los intereses que hago producir; sin embargo he soportado esos ultrajes encogiéndome de hombros con paciencia, porque la paciencia es el carácter distintivo de mi raza. Impío, me decías. Y escupías mi túnica de judío sin otro modo que el uso que hago de lo que me pertenece. Ahora, por lo que veo, puedo ser útil y vienes a buscarme y me dices : Shylock, quisiéramos dinero. ¡Y me lo dices tú, que me has escupido la cara y me has echado a puntapiés, como se echa de un umbral a un perro sarnoso! ¡Me pides dinero! ¿No tendría derecho a decirte: Acaso tienen dinero los perros? ¿Es posible que un perro sarnoso preste tres mil ducados? ¿O debo bajar la cabeza y debo contestar como un esclavo, con voz humilde y tímido acento: Mi noble señor, escupiste sobre mí el miércoles pasado; otro día me diste un puntapié, y en otra ocasión me llamaste perro; pero en agradecimiento a su cortesía le prestaré dinero?
ANTONIO.- Me dan ganas de llamarte otra vez de la misma manera, de escupirte de nuevo y de darte un puntapié. Si quieres prestar el dinero, préstalo, pero no como amigo. La amistad no hace negocio con la desgracia del amigo. Hazlo como enemigo. Lo necesitamos, y así podrás exigir con más placer nuestro castigo si faltamos a nuestra palabra.
SHYLOCK.- Veo que te has enojado y haces mal. Quisiera ser tu amigo, serte útil y te niegas a oírme. No me parece que mi oferta sea digna de tal desprecio.
ANTONIO.- Por el contrario: es digna de agradecimiento.
SHYLOCK.- Bien, quiero darte una prueba del deseo que tengo de servirte. Ven conmigo a la casa del notario y firmarás allí la escritura. Sin embargo, quisiera que... por una broma tan sólo, se pusiera en el documento la cláusula de que si en tal día y en tal sitio que determinaremos, no me devuelves la suma, o las sumas asignadas, te comprometes a perder una libra de tu carne, que podré cortar de la parte que se me antoje escoger.
ANTONIO.- Consiento. Después de firmar diré que eres muy servicial.
BASANIO.- No, no firmarás por mí un compromiso como ese; prefiero quedarme sin dinero.
ANTONIO.- No temas, amigo mío, que me alcance esa dura condición, porque un mes antes del vencimiento de la cláusula, entrarán en mis arcas capitales nueve veces mayores que el valor del empeño.
SHYLOCK.- ¡Oh, Abraham! ¡Cuánta desconfianza en el prójimo inspira la mala fe a este cristiano! Una libra de carne de un hombre no es tan buena ni tan provechosa como la carne de la vaca, de carnero o de cabra. Si le hago esta oferta de amistad, es únicamente para conquistar su afecto; si acepta, mejor; si no, que haga lo que guste. Suplico que no interpreten mal lo que me induce a hacer mi amistad.
ANTONIO.- Sí, Shylock, firmaré el recibo.
SHYLOCK.- Pues en tal caso vayan a esperarme en casa del notario y denle instrucciones sobre esa chistosa cláusula. Yo voy en tanto a buscar el dinero y dar una mirada por mi casa. Vuelvo en un instante.
SHYLOCK PARTE.
BASANIO.- No me gustan las buenas palabras en boca de un miserable.
ANTONIO.- Sígueme; no hay nada que temer, porque mis buques llegarán un mes antes de vencer el plazo.
BASANIO.- Adelántate, Antonio, y yo te alcanzó enseguida, después de atender a Graciano, quien, muy solemne me ha solicitado esta entrevista para hacerme una petición.
ANTONIO PARTE Y SE ESCUCHA UN HERMOSA MELODÍA. BASANIO DESCUBRE A SU AMADA PORCIA EN UNA VISIÓN. AL FINALIZAR LA MELODÍA, COMO EN UNA VISIÓN PORCIA Y BASANIO CONVERSAN.
BASANIO.- Porcia.
PORCIA.- Hola, Basanio.
BASANIO.- Oh, Porcia, cuánto te amo...
PORCIA.- Estoy esperando por ti... te extraño...
BASANIO.- Pronto estaré contigo, para enfrentarme a la prueba que ha dejado tu padre... porque yo sé que esa prueba es para estar seguro que tú y yo llegáramos a ser felices...
PORCIA.- Llega pronto... porque necesito verte, mi Basanio... necesito verte... Los nobles y mercaderes llegan cada vez con más ímpetu... y piden la prueba... porque todos ambicionan mi fortuna, pero sólo tú quieres mi amor... Llegas pronto, mi amor...
SE ESCUCHA LA VOZ DE GRACIANO
GRACIANO.- (OFF) ¡Basanio!
LA IMAGEN DE PORCIA DESAPARECE POR UN LADO Y GRACIANO LLEGA POR EL OTRO. BASANIO ESTÁ DEMASIADO CONMOVIDO CON LA VISIÓN PARA PRESTARLE LA ATENCIÓN ACOSTUMBRADA A SU AMIGO.
GRACIANO.- Basanio, amigo, tengo una petición que hacerte.
BASANIO.- Concedida.
GRACIANO.- No me la puedes negar. Deseo acompañarte a Belmonte.
BASANIO.- Puesto que lo quieres, no puedo negarme. Pero oye, Graciano: eres demasiado petulante, demasiado brusco y del todo altanero. Esas maneras te van muy bien, y a nuestros ojos no parecen, de ninguna manera, chocantes; pero ahí donde no te conocen pueden pasar por defecto. Te ruego que te tomes el trabajo de moderar la efervescencia de tu carácter con algunas gotas de fría modestia, pues de lo contrario podrías hacer formar mala idea de mí en el sitio adonde voy y podría destruir todas mis esperanzas.
GRACIANO.-Escúchame bien, señor Basanio: si no tomo el aspecto grave y formal, si no mido mis palabras, si no me llevo el libro de oraciones en el bolsillo, si mi mirada no es seria; si cuando den las gracias no respondo Amén, si no suspiro. En una palabra, si no cumplo con todos los deberes, considérame en adelante un hombre indigno de tu amistad.
BASANIO.- Bien; veremos tu conducta
GRACIANO.- Pido una excepción para esta noche, porque supongo que en esta velada no empieza aún mi rol de hombre grave.
BASANIO.- No, y sería una lástima que no nos divirtiéramos. Rogaré, por el contrario, para que vengas con todo tu buen humor, porque he invitado a unos amigos que se proponen reír. Pero adiós; tengo que despachar algunos asuntos.
BASANIO SE VA POR DONDE SE FUE ANTONIO.
GRACIANO.- Yo voy ahora a buscar a Lorenzo y a algunos amigos para reunirnos a la hora de la cena.
ELIPSIS

Acto I
Quinta Escena.
VENECIA. DELANTE DE LA CASA DE SHYLOCK.
ENTRAN SHYLOCK Y LORENZO.
SHYLOCK.- ¡Eh, Jessica! ¡Jessica! ¡Eh, Jessica, digo!
LLEGA JÉSICA.
JÉSICA.- ¿Me llamabas, padre?
SHYLOCK.- Estoy invitado a cenar padre, Jessica. Toma las llaves. ¿Pero por qué acepto? ¿Me invitan acaso por amistad? No, no; quieren adularme. ¡Bah! Iré por odio, para comer a expensas de ese odioso cristiano. Voy con repugnancia; imagino que traman alguna maquinación contra mí, porque esta noche he soñado con sacos de dinero. ¡Y quién es este…?
JESICA.- Es un mensajero que ha enviado el señor Antonio.
LORENZO.- No dejes de ir, señor; mi amo cuenta con tu “desgracia”.
SHYLOCK.- Y yo con la suya.
LORENZO.- Quiere darte una sorpresa. No te diré que verás una mascarada, pero si la ves yo no te lo dije.
SHYLOCK.- ¡¿Con que habrá mascarada?! Oye, Jésica: cierra bien las puertas y cuando pase la música por la calle no te asomes para ver a los necios cristianos. Juro por el báculo de Jacob que no tengo ganas de festejar hoy; sin embargo iré. Adelántate y anuncia mi llegada.
LORENZO.- voy a anunciar su llegada. (EN VOZ BAJA A JÉSICA) Por más que te lo prohíba asómate a la ventana y verás a cierto cristiano digno de atraer la mirada de una judía. (SE VA)
SHYLOCK.- ¿Qué te decía ese imbécil de la tribu de Agar?
JÉSICA.- Me decía: adiós, señora, y nada más.
SHYLOCK.- Ese tonto es un buen muchacho. Vamos, Jessica, entra ya. Es posible que esté inmediatamente de vuelta. Haz lo que te he encargado: cierra bien que quien guarda halla, dice un antiguo adagio. (SE VA)
JÉSICA CANTA UNA DULCE CANCIÓN DE BUENAS NOCHES.
JÉSICA.- Adiós, y si la fortuna no me es adversa, habré perdido yo un padre y tú una hija.
Acto I
Sexta Escena.
VENECIA. EXTERIOR DE LA CASA DE SHYLOCK.
LLEGA POR UN LADO GRACIANO Y POR EL OTRO LADO LORENZO.
LORENZO.- Perdonad, amigos, si te he hecho esperar; mis negocios y no mi voluntad han sido las causas de mi tardanza. Si algún día se te antoja robar esposas esperaré con gusto por ti. Acerquémonos: es la casa de mi padre, el judío ¡Hola! ¡¿No hay nadie?!
JÉSICA APARECE EN LA VENTANA VESTIDA DE PAJE.
JÉSICA.- ¿Quién eres? Dilo para mayor seguridad, aunque puedo jurar que te conozco la voz.
LORENZO.- Soy Lorenzo. Tu amor.
JÉSICA.- Lorenzo, es verdad; y mi amor, también es verdad, porque no existe en el mundo un ser a quien ame más que a ti. ¿A quien más que a ti pertenezco, Lorenzo?
LORENZO.- El cielo y tu corazón son testigos que me perteneces.
JÉSICA.- Me alegro de que la noche sea oscura y no puedas verme, porque me avergüenzo de este disfraz. Pero el amor tiene una venda y los amantes no pueden ver las bellas locuras que cometen. Si no fuera así, el mismo Amor se ruborizaría al verme disfrazada de paje.
LORENZA.- Baja, porque llevarás mi antorcha.
JÉSICA.- ¿Me harás iluminar mi vergüenza? ¿No está suficientemente a la luz? ¿Me obligarás a alumbrarla cuando debería estar en las tinieblas?
LORENZO.- Estas oculta, amada mía, bajo el gracioso disfraz de ese paje. Pero baja, que pasa la noche y en la casa de Basanio nos esperan para cenar.
JÉSICA SALE DE LA CASA DEL JUDÍO.
LORENZO.- En marcha, señores, en marcha. Nuestros amigos de mascarada nos esperan.
LORENZO SALE CON JÉSICA. GRACIANO SE QUEDA SOLO. LLEGA ANTONIO.
ANTONIO.- ¿Quién va?
GRACIANO.- ¿Eres tú, Antonio?
ANTONIO.- ¡Graciano! ¿Dónde están los demás? Son las nueve, y todos los amigos nos aguardan. Es preciso renunciar esta noche a la mascarada; el viento es favorable y acaba de embarcarse Basanio.
GRACIANO.- ¡Me alegro de lo que me anuncias, pues mi único deseo es poder partir esta misma noche!
SE VAN JUNTOS.
Acto I
Séptima Escena
BELMONTE.
PORCIA Y NERISA LLEGAN DEL SALÓN CONTIGUO. VIENEN EXHAUSTAS POR LA PRUEBA.
MENSAJERO.- ¡Señora! ¡Señora! ¡¿Dónde estás, mi Señora?!
PORCIA.- Aquí. ¿Qué ocurre?
NERISA.- Acaba de llegar a la puerta de tu casa... Un joven veneciano... ¡¡Señora... veneciano!! Que se ha adelantado para anunciar... la llegada de su amo... ¿Señora... será...?
PORCIA.- No prosigas. Nerisa, ardo en deseos de hablar con ese mensajero de amor.
NERISA.- ¡Dios del amor, que sea Basanio! Y que haya traído consigo a mi graciano
SE VAN.
FINAL DEL PRIMER ACTO.

Acto II
Primera Escena
VENECIA. UNA CALLE.
SHYLOCK.- ¿Qué noticias me traes, Tubal? ¿Has encontrado a mi hija?
TUBAL.- Mis pasos me han conducido a muchos sitios donde se hablaba de ella, pero no he podido encontrarla.
SHYLOCK.- ¡Ay! Veamos lo que he perdido. En primer lugar un diamante que me había costado dos mil ducados en Francfort. Además, dos mil ducados y otras alhajas, ¡Ah! Muy preciosas alhajas. Pérdida sobre pérdida. ¡No hay desgracia que no caiga sobre mí! No hay lágrimas como mis lágrimas.
TUBAL.- Te equivocas; otros también tienen sus disgustos, y Antonio entre ellos, según me han dicho en Génova...
SHYLOCK.- ¡¿Qué, qué, qué? ¿Una desgracia?
TUBAL.- Ha perdido el buque que venía de Trípoli.
SHYLOCK.- ¡Gracias a Dios! ¡¿Estás seguro?!
TUBAL.- He hablado con dos marineros que se han salvado del naufragio.
SHYLOCK.- ¡Buenas noticias! ¿Pero dónde te lo han contado? ¿En Génova?
TUBAL.- Y en Génova me contaron también que tu hija se ha gastado ochenta ducados en una noche.
SHYLOCK.- ¡Me traspasas el corazón con un puñal! ¡No recobraré jamás mi oro! ¡Ochenta ducados en una noche! ¡Ochenta ducados!
TUBAL.- Los acreedores de Antonio aseguran que no puede evitar la banca rota.
SHYLOCK.- Me alegro mucho de eso; le haré padecer, lo torturaré. Me alegro.
TUBAL.- uno de ellos me ha enseñado un anillo que le ha dado tu hija...
SHYLOCK.- ¡Maldita sea! ¡Me atormentas, Túbal. Era mi turquesa. No habría dado por todo un desierto lleno de monos.
TUBAL.- Pero Antonio está arruinado sin remedio.
SHYLOCK.- Sí, sí, es verdad, es muy cierto. Anda Túbal, es preciso que avises al magistrado, porque si ese hombre deja de existir mi negocio prosperará en Venecia. No tardes Túbal; nos reuniremos en la sinagoga. En la sinagoga.
SE VAN POR DIRECCIONES CONTRARIAS.

Acto II
Segunda Escena.
BELMONTE. UNA SALA DEL CASTILLO DE PORCIA.
ENTRAN PORCIA, BASANIO, NERISA, GRACIANO.
PORCIA.- No te apresures; porque si eligieras mal tendría que renunciar a verte y un sentimiento me dice que no quiero perderte...
BASANIO.- Déjame escoger, porque el estado en el que me encuentro es un tormento.
PORCIA.- Elige entonces: uno de ellos me contiene y si me amas sabrás encontrarme. Ustedes, manténganse a distancia.
MIRA A BASANIO REFLEXIONAR FRENTE A LOS TRES COFRES.
BASANIO.- Las más brillantes apariencias, pueden ocultar las más vulgares realidades. El mundo vive siempre deslumbrado. Por eso te rechazo en absoluto, oro, alimento de Midas; y a ti plata, pálido y vil agente entre el hombre y el hombre; pero a ti, débil plomo, que amenazas más bien que prometes, tu sencillez me convence más que la elocuencia, y es a ti al que escojo. Qué sea dichosa la consecuencia de esta elección.
PORCIA.- Cómo se disipan en el aire todas las pasiones que me agitaban.
BASANIO.- (ABRE EL COFRE) ¿Qué es lo que encuentro aquí? ¡El retrato de Porcia! Este papel contiene el fallo de mi destino. Lee para mí Graciano.
GRACIANO.- Tú que no eliges por la apariencia, eres afortunado. Ya que logras tanta fortuna, conténtate y no busques otra. Si estás satisfecho y consideras tu elección como una dicha, vuélvete hacia la señora de tus pensamientos y reclámala con un beso.
BASANIO.- ¡Bello papel! ¡Hermosa Porcia! (LA BESA) Tal es, bellísima dama, el estado en el que me encuentro en este momento, y no sé si debo dar crédito a mis ojos antes de que lo hayas confirmado y ratificado todo.
PORCIA.- Soy tal como me ves, señor Basanio y no abrigo deseos ambiciosos, ni aspiro a nada más. Hace un instante era mi única dueña, pero ahora, señor: esta casa, estos criados y la mujer que tiene delante, todo te lo doy con este anillo; no te separes de él, porque si lo perdieras o lo das, sería el presagio de la ruina de nuestro amor y un motivo para quejarme de ti.
BASANIO.- Cuando este anillo se separe de mí, mi alma se habrá separado de mi cuerpo y podrás decir, sin temor a equivocarte, no existe Basanio.
GRACIANO.- Ni Graciano.
NERISSA.- Ni Neriza.
(SE BESAN)
NERISA.- Señor y señora; ahora nos corresponde a nosotros exclamar con júbilo: ¡Sean eternamente venturosos!
GRACIANO.- Señor Basanio, y tú, noble dama, les deseo muchas felicidades, y cuando sus señorías solemnicen el contrato de su enlace, les pido me permitan casarme al mismo tiempo.
BASANIO.- Con gusto, con tal de que consigas encontrar esposa.
GRACIANO.- Gracias, señor; tú mismo me has hecho encontrar una. Mis miradas son perspicaces como las tuyas. Tu contemplas el ama; yo contemplo a la doncella. Tu amas, yo amo también, y como tú, estoy dispuesto a no aplazar mi dicha.
PORCIA.- ¿Es eso verdad, Nerisa?
NERISA.- Sí, señora, si tal es su gusto.
BASANIO.- ¿Hablas con sinceridad, Graciano?
GRACIANO.- Hablo con el corazón.
BASANIO.- Su unión contribuirá a embellecer las fiestas de nuestra boda.
LLEGA LORENZO, JÉSICA Y LORENZO.
BASANIO.- Con tu permiso, querida Porcia, digo a mis amigos que son bienvenidos.
PORCIA.- y repito tus palabras, mi señor, sean bienvenidos.
LORENZO.- Doy las gracias. En cuanto a mí, mi señor, no tenía intención de venirte a visitar aquí, pero el señor Antonio me envía con urgencia con esta carta para el señor Basanio. En ella te explicará la situación que se encuentra.
LE ENTREGA LA CARTA A BASANIO Y ESTE SE REITRA PARA LEERLA.
GRACIANO.- Nerisa, obsequia a esta extranjera y demuéstrale que nos encontramos contentos con su venida. La mano, Lorenzo. ¿qué noticias traes de Venecia? ¿cómo esta el generoso Antonio?
SE APARTAN.
PORCIA.- En esa carta hay tristes noticias que hacen palidecer a Basanio. ¡Se pone pálido! Basanio, soy la mitad de ti mismo y debo participar del dolor que te produce esa carta.
BASANIO.- Porcia, querida, esta carta contiene malas noticias. Cuando te declaré mi amor, no te oculté que la sangre que circula en mis venas era mi única riqueza, y que era noble, no te engañé. Cuando te dije que no tenía nada he debido decirte que poseía menos que nada, porque estoy obligado a un amigo fiel, quien, para atender mis necesidades le pidió dinero a su más encarnizado enemigo. ¿Ves esta carta? Su papel es el cuerpo de mi amigo, y cada letra una herida por donde brota su sangre y su vida. ¿Lorenzo, entonces es cierto; todos sus negocios han fracasado? ¿Ni uno solo ha salido bien? ¿Ninguno de sus buques ha vuelto?
PORCIA.- ¿Cuánto debe al judío?
BASANIO.- Le debe, por mí, tres mil ducados.
PORCIA.- ¿No le debe más? Pues dale seis mil y que rompa el recibo; dupliquen los seis mil; tripliquen la suma, antes de que tu amigo pierda uno sólo de sus cabellos a causa de Basanio.
JESICA.- ¡¡Mi papá se va a poner contento!!
PORCIA.- Me acompañarás antes a la iglesia para darme el título de esposa; partirás después para Venecia para salvar a tu amigo, porque no entrarás en mi lecho con inquietud en el alma. Tendrás oro suficiente para pagar esa miserable deuda.
Todos.- ¡¿Miserable?!
PORCIA.- Cuando la hayas pagado vuelve con ese amigo fiel. En tanto, Nerisa y yo viviremos como solteras. Me has costado caro y caro quiero amarte. Ahora prepárate para la boda.
BASANIO.- Lo haré sin tardanza.
BASANIO Y GRACIANO SALEN.
LORENZO.- Señora, te has formado una idea justa y noble de la santa amistad.
PORCIA.- Nunca me he arrepentido de una buena acción. Jésica, deseo encargarte de una noble empresa.
JÉSICA.- Señora, no tienes más que indicarme cuál es.
PORCIA.- Luego de la boda y de la partida de mi esposo, pongo en tus manos la administración y el cuidado de mi casa, hasta que regrese Basanio. En cuanto a mí, he manifestado secretamente al cielo el deseo de vivir en soledad y en oración, acompañada solamente de Nerisa, hasta que vuelva mi esposo y señor. A dos millas de aquí hay un monasterio y allí iremos a retirarnos.
JÉSICA.- Señora, acepto con todo mi corazón; siempre obedecerá las órdenes que me dictes.
PORCIA.- Adiós Jessica.
SALEN LORENZO Y JÉSICA.
PORCIA.- LORENZO, la prueba de amistad y fidelidad a mi futuro esposo y sus amigos me permite pedirte una para mí.
LORENZO.- A sus órdenes, señora.
PORCIA.- Partirás sin dilación a Padua y le entregarás una carta que te entregaré enseguida a mi primo, el doctor Belario. Él te dará unos trajes y unos papeles y sin perder tiempo los llevaras al puerto de donde salen los buques a Venecia. No pierdas tiempo en palabras: Yo llegaré antes que tú a Venecia.
LORENZO SE VA.
NERISA.- ¿Señora, y ellos nos verán?
PORCIA.- Sí, Nerisa, pero con un traje que les hará creer que estamos provistas de lo que nos falta.
NERISA.- ¿Vamos a cambiarnos para semejar hombres?
PORCIA.- Te explicaré todo el proyecto cuando estemos en el coche. No tardemos, recuerda que antes tenemos que celebrar nuestras nupcias.



Acto II
Tercera Escena.
VENECIA. UNA SALA DE JUSTICIA.
LLEGAN EL DUX, ANTONIO, BASANIO, GRACIANO, LORENZO Y OTROS.
DUX.- Ha llegado a Venecia este Abogado y su asistente en nombre del señor Belario ¿Conoces la causa que está pendiente en este tribunal?
SE HACE EVIDENTE PORCIA VESTIDA DE HOMBRE.
PORCIA.- Por completo. ¿Quién es el mercader? ¿Quién es el judío?
DUX.- Acérquense.
PORCIA.- El proceso que sigues es de extraña índole, pero está en tu derecho y las leyes de Venecia no pueden deshacer la demanda. (A ANTONIO) ¿Reconoces la escritura?
ANTONIO.- La reconozco.
PORCIA.- es preciso que el judío se muestre clemente.
SHYLOCK.- ¿Por qué obligación?
PORCIA.- La clemencia hace tanto bien al que la da como al que la recibe.
SHYLOCK.- Reclamo la ley, la pena y las condiciones del convenio.
PORCIA.- ¿No puede pagar lo que te debe?
BASANIO.- Sí, yo le ofrezco la suma triplicada.
PORCIA.- Shylock, te ofrecen triplicar la suma.
SHYLOCK.-. Que se cumpla lo estipulado.
ANTONIO.- Suplico al tribunal que sentencia sin demora.
PORCIA.- Descúbrete el pecho, Antonio.
SHYLOCK.- Sí, su pecho. El convenio lo dice. Cerca del corazón.
PORCIA.- Acércate, mercader. ¿Qué tienes que decir?
ANTONIO.- Muy poco. Estoy armado de valor y pronto a morir.
PORCIA.- Te pertenece una libra de carne de este mercader; el tribunal te la concede, la ley te la da.
SHYLOCK.- Oh, juez irreproachable.
PORCIA.- Y debes cortarla de su pecho; la ley te la da, el tribunal te la concede.
SHYLOCK.- Sapientísimo juez. ¡He allí una sentencia! Prepárate, Antonio.
PORCIA.- aguarda un momento, aún no he terminado. El convenio te concede solamente una libra de carne, pero no te concede una sola gota de sangre. Toma, pues, la libra de carne, pero si al cortarla viertes una sola gota de sangre cristiana, tus bienes, según la ley de Venecia, serán confiscados en beneficio del Estado.
GRACIANO Y NERISSA.- ¡Que juez tan equitativo! ¡Qué juez tan sabio, judío!
SHYLOCK.- ¿Dice eso la Ley? Pues bien, acepto la oferta; que me paguen triplicada la suma y que pongan en libertad al cristiano.
BASANIO.- Aquí está el dinero.
PORCIA.- Espera... Se ha de hacer justicia en regla al judío. No nos apresuremos; se le pagará solamente lo estipulado en el convenio.
GRACIANO.- ¡Qué juez tan equitativo! ¡Qué juez tan docto, judío!
SHYLOCK.- ¡¿Cómo?! ¿Ni siquiera conseguiré mi capital?
PORCIA.- No conseguirás más que lo estipulado en tu convenio, pero si lo tomas será a tu cuenta y riesgo.
SHYLOCK.- En tal caso, que el diablo le dé el recibo. No quiero seguir aquí discutiendo.
PORCIA.- un momento, judío; la justicia tiene otro derecho sobre ti. Está escrito en las leyes de Venecia, que si se prueba que un extranjero ha atentado directa o indirectamente contra la vida de un ciudadano, ha de embargarse la mitad de sus bienes, para dársela a quien pudo ser su víctima; la otra mitad ha de entrar a las arcas del Estado, y únicamente el Dux puede perdonarle la vida. Así, pues, arrodíllate e implora la piedad del Dux.
GRACIANO.- Pide que te permita ahorcarte a ti mismo…
DUX.- para que veas la diferencia que existe entre tus sentimientos y los nuestros, te perdono la vida antes de que lo pidas; pero la mitad de tus bienes pertenecen a Antonio y la otra mitad ha de entrar a las arcas del Estado.
ANTONIO.- Pido a monseñor el Dux y al tribunal que le deje la mitad de sus bienes Impongo, sin embargo dos condiciones: la primera, que en reconocimiento a este beneficio se haga cristiano en el acto, y la segunda, que en presencia de este tribunal haga donación de todo lo que posee a favor de su hijo Lorenzo y su hija Jésica.
DUX.- Lo hará. O revoco la gracia que se le acaba de conceder.
PORCIA.- ¿Estás satisfecho, judío?
SHYLOCK.- Estoy satisfecho.
PORCIA.- (A NERISA) Asistente escribano, extiende la escritura de donación.
SHYLOCK.- Déjenme salir de aquí, por piedad. No me siento bien. Envíen las escrituras a mi casa y las firmaré.
DUX.- retírate, pero no dejes de firmar.
SE VA SHYLOCK.
DUX.- (A PORCIA) Caballero, te invito a comer conmigo.
PORCIA.- Suplico a su Gracia que se digne a excusarme. Debo partir hoy mismo para Padua y conviene que me ponga en camino de inmediato.
DUX.- Siento que no tengas más tiempo. Antonio, recompensa a este caballero por su trabajo, porque creo que has quedado obligado con él.
SE VA EL DUX.
PORCIA.- La satisfacción es la mejor recompensa.
BASANIO.- Permíteme, caballero, que haga el último esfuerzo para convencerte. Acepta de nosotros algún recuerdo, no como retribución, sino como un tributo de nuestra gratitud.
PORCIA.- A tales instancias no puedo negarme. (A ANTONIO) Dame los guantes y los llevaré en testimonio de tu amistad. (A BASANIO) Reclamo también ese anillo. No escondas la mano, no quiero nada más, y tú amistad no me la negará.
BASANIO.- Este anillo tiene para mí un precio que depende no de su valor real. Buscaré el anillo más precioso que haya en Venecia y te lo daré, pero perdona si me niego a darte este.
PORCIA.- Veo, caballero, que eres liberal solo para ofrecer. Me has enseñado primero a mendigar y ahora me enseñas como se trata a los mendigos.
BASANIO.- Amigo, este anillo es regalo de mi esposa, y cuando me lo puso me hizo jurar que nunca lo vendería, daría, ni lo perdería.
PORCIA.- Ingeniosa excusa, pero si tu esposa no es loca, cuando sepa cómo he merecido ese anillo, no te reprenderá. Dios les guarde.
LE QUITA EL ANILLO Y SE VA PORCIA SEGUIDA DE NERISSA
BASANIO.- Corre, Graciano. procura hacerle venir a casa de Antonio.
BASANIO.- Vamos a tu casa, mañana iremos al Belmonte.

Acto II
Cuarta Escena.
UNA CALLE DE VENECIA.
PORCIA Y NERISA LLEGAN.
PORCIA.- Pregunta dónde vive el judío y hazle firmar la escritura. Esta noche partiremos y llegaremos a Belmonte antes que nuestros esposos. Ese escrito será el regalo que le haré a Lorenzo.
LLEGA GRACIANO.
GRACIANO.- Mi buen señor, felizmente te encuentro. El señor Basanio, después de reflexionar mejor, te envía este anillo y te convida, además a cenar.
PORCIA.- Me es imposible, pero acepto con agradecimiento el anillo, dile así. Me harías un gran favor si le indicas a este joven la casa del judío Shylock.
GRACIANO.- Con mucho gusto.
NERISA.- Caballero, permíteme que le hable dos palabras a mi señor Voy a ver si puedo quitarle yo también el anillo que prometió conservar por siempre.
PORCIA.- Te aseguro que lo conseguirás. No te detengas. Ya sabes dónde te aguardo.
NERISA.- Vamos, caballero. Enséñame esa casa.
FIN DEL SEGUNDO ACTO.

Acto III
Primera Escena.
BELMONTE. UNA AVENIDA HACIA LA MORADA DE PORCIA.
LLEGAN PORCIA Y NERISA.
LORENZO.- Querida señora, bienvenida a su casa.
PORCIA.- Hemos ido a orar por el buen éxito de la empresa de nuestros esposos, y esperamos que nuestras oraciones les hayan auxiliado. ¿Regresaron?
LORENZO.- Aún no, pero ha llegado un mensajero anunciando su regreso.
PORCIA.- Lorenzo, advierte a los criados que no digan nada de nuestra ausencia.
LORENZO.- No seremos indiscretos, no temas.
LLEGAN GRACIANO, BASANIO, ANTONIO Y LORENZO.
PORCIA.- Bien venido seas, amado mío.
BASANIO.- Gracias, señora. Recibe cual se merece a mi amigo, porque el caballero que te presento es Antonio, a quien debo infinitas obligaciones.
GRACIANO Y NERISA HABLAN APARTE.
PORCIA.- Se las debes en afecto.
ANTONIO.- Y ha correspondido a ellas dignamente.
PORCIA.- Bienvenido a nuestra casa, caballero.
GRACIANO.- Me acusas injustamente.
PORCIA.- ¿Qué es eso? ¿Una disputa ya? ¿Qué sucede?
GRACIANO.- Se trata de un miserable anillo de oro que me regaló.
NERISA.- Juró que lo llevaría hasta la muerte, y dice que se lo dio a un pasante de abogado. ¡Estoy segura que el pasante no tenía un solo pelo en la barba!
GRACIANO.- Juro que se lo di al pasante y no pude negarme.
PORCIA.- Creo que hiciste muy mal al desprenderte del primer regalo de tu matrimonio tan a la ligera. Ese anillo que te dio tu esposa era un juramento que has debido clavar en tu piel. Yo también di un anillo al hombre que amo y lo hice jurar que nunca se desprendería de él. ¿No es verdad, Basanio? Tiene razón tu esposa en quejarse, Graciano, si me sucediera a mí, me volvería loca de pena.
GRACIANO.- el señor Basanio regaló su anillo a un abogado que se lo merecía.
Fue entonces cuando el asistente me pidió el mío como retribución de su trabajo y ni el uno ni el otro quisieron aceptar más que los anillos.
PORCIA.- ¿Qué anillo regalaste, mi señor? Supongo que no será el que te di.
BASANIO.- Si pudiera añadir la mentira a mi primera falta, negaría el hecho, pero te confesaré que no tengo el anillo.
PORCIA.- Ya veo, ni tienes anillo en el dedo, ni sinceridad en tu corazón. Juro que no ejercerás el derecho de esposo hasta que recobres el anillo.
NERISA.- Lo mismo digo yo.
BASANIO.- Si supieras a quién, por quién y por qué moderarías tu enojo.
PORCIA.- Si hubieras reconocido el valor de ese anillo o la mitad de lo que vale la que te lo dio; si hubieras sabido que dependía tu honra de él, no lo hubieras regalado tan fácilmente ¡Qué mueras si has reglado tu anillo a alguna mujer!
BASANIO.- No, señora; juro por mi honor que se lo di al doctor que me pidió el anillo. ¿Qué podía hacer, Porcia? Si hubieras estado presente, me hubieras pedido el anillo para dárselo tú al digno doctor.
PORCIA.- Procura que ese doctor no ponga los pies sobre esta morada y no pases una sola noche fuera de casa, porque si me dejas sola, juro por mi honor, que hasta hoy he conservado intacto, que consideraré a ese doctor como mi esposo.
NERISA.- Y yo a su pasante.
ANTONIO.- Siento ser la causa de ese disgusto.
PORCIA.- No te aflijas, caballero, a pesar de todo eres bienvenido.
ANTONIO.- Había empeñado mi cuerpo en interés de tu esposo, y sin el auxilio del hombre que ahora posee el anillo, habría muerto. Estoy dispuesto nuevamente a empeñar mi vida para demostrar que tu esposo no faltará jamás a ningún juramento.
PORCIA.- Serás entonces su fiador. Dale este anillo y aconséjale que lo conserve mejor que el otro.
ANTONIO.- Toma Basanio. Y jura que conservarás este anillo.
BASANIO.- ¡Es el que le di al doctor!
PORCIA.- que me lo regaló a mí. Perdóname, Basanio, pero provisto de este anillo, pasó una noche conmigo.
NERISA.- Perdóname, Graciano, porque provisto de ese anillo el pasante del doctor pasó también una noche conmigo.
BASANIO Y GRACIANO.- ¿Cómo? ¡¿Hemos sido engañados antes de merecerlo?!
PORCIA.- No uses ese lenguaje tan grosero. Veo que estás lleno de asombro. Toma esta carta y léela despacio; es de Padua, la ha escrito Belario. En ella verás que Porcia era el doctor en leyes y Nerisa mi asistente. Lorenzo y Jésica puede atestiguarte que partí el mismo día que ustedes, que acabo de llegar y que ni siquiera he entrado aún a mi casa. (TR) Antonio, alégrate, tengo que anunciarte buenas noticias. Abre sin dilación esta carta y verás en ella que acaban de llegar a puerto tres de tus buques con un rico cargamento.
ANTONIO.- Mudo estoy de asombro.
BASANIO.- ¿Eras el doctor y no te reconocí?
GRACIANO.- ¿Y tú el pasante?
PORCIA.- Lorenzo, Nerisa tiene encargo de entregarte un documento que no te molestará.
NERISA.- Aquí lo tienes, para ti y para Jessica, una escritura en regla, en la que el judío Shylock, le deja cuanto posee cuando muera.
LORENZO Y JÉSICA. Hermosas señoras, inundan de maná nuestro camino hambriento.
PORCIA.- La mañana se acerca. Entremos, hagan preguntas y responderemos con toda fidelidad.
GRACIANO.- Así sea. La primera pregunta que contestará mi Nerisa, será si prefiere esperar la noche o irse a acostar enseguida.
PORCIA Y NERISA.- ¡¡Enseguida!!

Fin
Versión Libre de César Eduardo Rojas Márquez
dedicada a Carlos Giménez

La Fierecilla Domada (Versión para espacios No convencionales)

Personajes:

1. Bautista Minola, rico caballero de Padua.
2. Petruchio, hidalgo de Verona, galanteador de Catalina.
3. Hortensio, galanteador de Blanca, amigo de Petruchio.
4. Grumio, criado de Petruchio.
5. Catalina Minola, la fiera, hija de Bautista.
6. Blanca Minola, hermana menor de Catalina.
7. Vincencio, caballero de Pisa, padre de Hortensio.

Lugar:

Unas veces en Padua y otras en Verona.


Proyecto Shakespeare: Versión libre para La Comunidad, en espacios no convencionales (Plazas, Aire libre, halls, hospitales, colegios, liceos, etc) con la finalidad de acercar al espectador común al teatro universal.


César Eduardo Rojas Márquez












ACTO PRIMERO.
CUADRO PRIMERO.
ENTRAN BAUTISTA, CATALINA, HORTENSIO Y BLANCA
BAUTISTA.- No, Señor. Estoy decidido: no concederé a nadie la mano de mi hija menor sin antes haber encontrado marido para la primogénita. Si usted ama a Catalina, pues lo autorizaré a cortejarla. ¿Hum?
CATALINA.- (A BAUTISTA) Por favor, señor ¿es tu deseo convertirme en la hazmerreír de mi pretendiente?
HORTENSIO.- ¡¿Pretendiente, señorita?! ¡¿Qué quieres decir con eso?! No habrá pretendiente para ti hasta que no seas más amable, dulce y cariñosa.
CATALINA.- ¡¿Ah?! No necesitas temblar, caballero. Todavía no has hecho la mitad del camino para mi corazón. Y mi único cariño será peinar tu cabeza con un taburete, pintarte la cara como un payaso y tratarte como a un imbécil.
HORTENSIO.- Esa muchacha está loca de remate.
BAUTISTA.- Caballero, que los hechos respondan pronto a lo que he dicho... Blanca, enciérrate y no te molestes, que no por ello te amaré menos, hija mía.
CATALINA.-¡Pobre niña! Métanle un dedo en un ojo y ya verán cómo responde.
BLANCA.- Disfruta, hermana. Señor, me someto humildemente a tu voluntad. Mis libros y enseres me servirán de compañía, en ello me ocuparé.
HORTENSIO.- Bautista, es injusto que mi deseo ocasione pesar a Blanca. ¿Acaso quieres meterla en una jaula por ese demonio del infierno, y hacerla responsable de su lengua?
BAUTISTA.- Caballero, mi resolución es inquebrantable. Retírate Blanca (SALE BLANCA) Como sé que su mayor delicia la constituyen la música y la poesía, llevaré a casa profesores para instruirla. Si usted conoce a alguno, que venga, a fin de que mi hija reciba una buena educación. Adiós. Catalina, puedes quedarte, pues es con Blanca con quien deseo conversar (SALE)
CATALINA.- Pues yo también marcharme. ¡Cómo si yo no supiera lo que hay que tomar y lo que hay que dejar! (SALE)
HORTENSIO.- En este momento hay una tarea a la que debo aplicarme especialmente: Conseguirle marido a esa Catalina. Si es que a pesar de su fortuna habrá algún hombre que desee un demonio por esposa... claro que hay... el asunto es hallarlo. (SALE)

ACTO PRIMERO.
CUADRO SEGUNDO
UNA PLAZA PÚBLICA., ANTE LA CASA DE HORTENSIO.
PETRUCHIO.- He aquí la casa de Hortensio. Anda Grumio, golpea.
GRUMIO.- ¡¿Golpear?! ¿A quien? ¡¡Te ha faltado alguien el respeto, mi señor?!
PETRUCHIO.- ¡Villano, qué me des unos golpes y pronto!
GRUMIO.- ¿Que lo golpee? ¿Por que? ¿Quién soy yo, señor, para golpearlo?
PETRUCHIO.- ¡Miserable, que me des unos golpes te digo! ¡Y sacude fuerte, o te abriré yo la mollera!
GRUMIO.- Mi amo se molesta con facilidad. Si yo lo golpeo voy a llevar la peor parte.
PETRUCHIO.- ¡¿No quieres?! (LO TIRA DE LAS OREJAS)
GRUMIO.- ¿Auxilio, señores, auxilio! ¡Mi amo está loco! ¡Auxilio!
ENTRA HORTENSIO.
HORTENSIO.-¿Qué ocurre? (LOS RECONOCE) ¡Mi viejo amigo Grumio! ¡Y mi buen amigo Petruchio! Bienvenidos.
PETRUCHIO.- Hortensio, ordené a este bribón que golpeara a tu puerta, y no pude lograr mi propósito.
GRUMIO.- ¡Llamar a la puerta! ¡Oh, cielos! ¡¿No has ordenado expresamente: “Dame unos golpes y sacude fuerte”?! ¿Y ahora vienes con “llamar a la puerta”?
PETRUCHIO.- ¡Lárgate, granuja, o cállate, te lo aconsejo!
HORTENSIO.- Petruchio, es tu antiguo, fiel y divertido sirviente Grumio. Y ahora dime amigo, ¿que feliz viento te ha traído, desde la antigua Verona?
PETRUCHIO.- El viento que lleva a los jóvenes a través del mundo a buscar novedades lejos de su hogar. Antonio, mi padre acaba de morir, y he decidido casarme y probar fortuna.
HORTENSIO.- ¿Petruchio, quisieras que te presentara a una mujer brava y mal encarada? Puedo asegurarte que es rica. Pero... eres mi amigo y mejor no.
PETRUCHIO.- Hortensio, si conoces a una mujer lo bastante rica como para convertirse mi esposa, sea fea, vieja, abominable o brava, pues nada de eso embotará en mí el filo de la pasión. Vengo a casarme ricamente en Padua; y si en Padua me caso ricamente, me habré casado con toda felicidad.
GRUMIO.- Note, señor, que te dice francamente lo que piensa. Dale suficiente oro y cásalo con un monigote, con una muñeca de encaje o con la dueña quintañona sin un diente en las encías. Nada hallara mal en una mujer con tal tenga dinero.
HORTENSIO.- Petruchio, puedo proporcionarte una mujer bastante opulenta, joven, hermosa y educada como conviene a una dama de su calidad. Su único defecto –y de consideración- consiste en ser intolerablemente brusca, retrechera y voluntariosa, una fiera tan fuera de toda medida que aunque mi situación fuera peor de lo que es, ni por una mina de oro me casaría con ella.
PETRUCHIO.- No conoces la virtud del oro. Dime el nombre de su padre, y será suficiente.
HORTENSIO.- Su padre es Bautista Minola, un caballero afable y cortés. Ella se llama Catalina, célebre en Padua por su mal carácter y su mala lengua.
PETRUCHIO.- Hortensio, no dormiré hasta que la haya visto. Así que te dejo, a menos que quieras acompañarme hasta allá.
HORTENSIO.- Iré contigo, Petruchio, porque mi tesoro está bajo la guarda de Bautista. Tiene la joya de mi vida en custodia, su hija menor la bella Blanca, Y él me la oculta. Bautista considera que es imposible que Catalina sea pedida en matrimonio y ha decidido que ninguno tenga acceso a Blanca hasta que no se le halle esposo a la fiera Catalina.
GRUMIO.- ¡Catalina, la fiera! Lindo título para una doncella. ¡El peor de todos!
HORTENSIO.- Ahora Petruchio, te pido un favor, y consistirá en presentarme disfrazado con un vestido viejo y severo al viejo Bautista, en calidad de preceptor bien impuesto en música, para instruir a Blanca. Merced a esta estratagema, tendré a lo menos el placer de enamorarla y, sin despertar sospechas, hacerle cara a cara la corte.

ACTO SEGUNDO.
ESCENA I:
PADUA. APOSENTO EN CASA DE BAUTISTA
BLANCA.- Hermana, no me trates como una criada. Suéltame las manos y me quitaré todos los adornos, me desharé de todos mis vestidos. Haré todo lo que me mandes, pues conozco mis deberes para con mi hermana mayor.
CATALINA.- De todos tus pretendientes, dime: ¿cuál te agrada más?
BLANCA.- Entre todos los hombres vivientes, todavía no he visto un rostro especial que prefiera.
CATALINA.- Mientes, preciosa. ¿No es Hortensio?
BLANCA.- Si tú lo amas, hermana, juro interceder en tu favor.
CATALINA.- Entonces lo prefieres más rico. ¿Uno que te haga más opulenta?
BLANCA.- ¿Me tienes envidia? No, ya veo que tan sólo quieres saber para burlarte de mí. Por favor, Cata, suéltame las manos.
CATALINA.- Si tomas mis preguntas en broma, toma en chanza todo lo demás LA GOLPEA. LLEGA BAUTISTA.
BAUTISTA.- ¿Qué sucede? ¡Muchacha! ¿Qué insolencia es esta? ¡Pobre criatura! No te juntes con ella. ¡No te da vergüenza, endiablada villana? ¡Por qué la maltratas, si jamás se te ha hecho daño!
CATALINA.- Su silencio me insulta, y me vengaré (SIGUE A BLANCA)
BAUTISTA.- ¡Cómo! ¿En mi presencia? ¡Vete dentro, Blanca!
SALE BLANCA.
CATALINA.- ¡Bien! ¡No puedes sufrirme! Ahora lo veo. Ella es tu tesoro. Debe tener un marido. Yo danzaré a pie descalzo el día de su boda; y por tu amor a ella yo me quedaré para vestir santos ¡No hables! ¡Voy a encerrarme y a llorar hasta que encuentre ocasión de vengarme! (SALE)
BAUTISTA.- ¿Ha existido jamás un caballero tan desdichado como yo? Pero ¿quién viene aquí?

ACTO SEGUNDO.
ESCENA II:
ENTRA PETRUCHIO CON HORTENSIO DISFRAZADO DE MÚSICO .
PETRUCHIO.- Buen día caballero, vengo a responderte por lo que veo.
BAUTISTA.- ¿A que te refieres, hidalgo?
PETRUCHIO.- ¿No tienes una hija llamada Catalina, bella y virtuosa?
BAUTISTA.- Tengo una hija llamada Catalina.
PETRUCHIO.- Señor, soy un caballero de Verona y he oído hablar de tal modo de su hermosura e ingenio, de su afabilidad y extrema modestia, de sus raras cualidades y de la dulzura de sus modales que tengo la osadía de presentarme aquí, en su hogar, como un huésped descarado. Y como introducción me presento ante ti, señor, con uno de mis servidores (PRESENTANDO A HORTENSIO) versado en música y en matemáticas, quien instruirá a tu hija en estas ciencias, que ya sé no le son desconocidas. Acéptalo, o, de otro modo, me ofenderás.
BAUTISTA.- Sed bienvenido, señor, y él también, por respeto a ti. Mas, en cuanto a mi hija Catalina, estoy seguro que no te convendrá y eso me aflige.
PETRUCHIO.- Veo que tu intención entonces es no separarte de ella.
BAUTISTA.- Digo lo que siento ¿Qué nombre debo darte?
PETRUCHIO.- Petruchio es mi nombre, hijo del difunto Antonio.
BAUTISTA.- Le conocí. Sé bienvenido en consideración a su persona. (A HORTENSIO) Toma tu instrumento y pasa a aquel recinto pues vas a ver inmediatamente a las discípulas. (HORTENSIO ENTRA) Eres bienvenido.
PETRUCHIO.- Signior Bautista, mis asuntos no admiten dilación. Conociste a mi padre. Soy el único heredero de sus tierras y de sus bienes. Si me hago amar de tu hija, dime: ¿qué dote me corresponderá al tomarla por mujer?
BAUTISTA.- La mitad de mis tierras a mi muerte y veinte mil coronas al presente.
PETRUCHIO.- Pues a cambio de esta dote, yo te aseguraré, si quedara viuda, todas mis tierras y arrendamientos. Redactaremos pues, las cláusulas del contrato.
BAUTISTA.- Bueno; pero cuando ella consienta en amarte.
PETRUCHIO.- Te aseguro, suegro, que yo soy tan testarudo como ella altanera; y cuando dos fuegos se encuentran, consumen pronto el objeto que nutre su furia. Así obraré con ella, y así ella cederá conmigo; porque soy rudo por naturaleza y no cortejo como un niño.
BAUTISTA.- Que tengas feliz éxito. ¡Pero prepárate a recibir alguna palabra inconveniente!
PETRUCHIO.- Estoy hecho a toda prueba.
VUELVE A ENTRAR HORTENSIO CON LA CABEZA DESCALABRADA.
BAUTISTA.- ¿Qué hay, amigo? ¿Qué te ha puesto tan pálido?
HORTENSIO.- Si estoy tan pálido, es de miedo, se lo aseguro.
BAUTISTA.- ¿Carecerá mi hija de disposición para la música?
HORTENSIO.- Creo que haría mejor de soldado.
BAUTISTA.- ¿Qué? ¿No has podido hacer que toque el instrumento?
HORTENSIO.- Casi me lo rompe cuando intenté que me lo tocara. Le dije que se había equivocado de traste y le tomé la mano para corregir su digitación, cuando diabólica, me dio un golpe en la cabeza con furia.
PETRUCHIO.- ¡Aguerrida moza!¡La amo ahora diez veces más! ¡Oh! ¡Cómo estoy deseando tener una conversación con ella!
BAUTISTA.- (A HORTENSIO) Ven conmigo. Ejercerás el ejercicio de tu profesión con mi hija más joven. Es dispuesta para la enseñanza y agradecida. Signior Petruchio ¿vienes con nosotros o prefieres que te envíe a mi hija Cata?
PETRUCHIO.- Envíamela, te lo ruego; la esperaré aquí (SALEN QUEDA SOLO) Y cuando llegue yo le haré la corte a mi manera. Que me injurie; entonces yo le diré que canta tan suavemente como el ruiseñor. Que frunza el entrecejo; le diré que su mirada es tan limpia como la rosa de la mañana, humedecida recientemente por el rocío. Que se muestre muda y no quiera articular palabra. Le diré que su elocuencia es persuasiva. Si me ordena que me retire, se lo agradeceré, como si me mandase que estuviera a su lado una semana. Si rehúsa casarse, le rogaré me diga qué día habré de publicar las amonestaciones y cuándo se celebrará la boda. Pero aquí llega. Y ahora, habla, Petruchio.

ACTO SEGUNDO.
ESCENA III:
LLEGA CATALINA
PETRUCHIO.- Buenos días, Cata.
CATALINA.- Los que hablan de mí me llaman Catalina.,
PETRUCHIO.,- Mentís. Te llamas sencillamente Cata: la buena cata y a veces Cata la mala; pero Cata, la más bonita, Cata de la cristiandad; mi Cata de miel... por consiguiente, Cata, mi consuelo; cátate que habiendo oído elogiar en toda la ciudad tu dulzura, tus virtudes, tu recomendada belleza –no tanto como mereces-, me he sentido movido a hacerte la corte como a futura esposa.
CATALINA.- ¡No está mal! Sigue el movimiento y como has venido vete; muévete. Desde el primer instante he visto que eres un mueble.
PETRUCHIO.- ¿Un mueble?
CATALINA.- Un taburete.
PETRUCHIO.- ¡Lo has adivinado! ¡Ven y siéntate sobre mí!
CATALINA.- Los asnos se hicieron para la carga y tú también.
PETRUCHIO.- Las mujeres son las que se han hecho para la carga.
CATALINA.- Pero no seré yo la que soportará tu peso, si a mí te refieres.
PETRUCHIO.- ¡Buena Cata! Yo no te seré pesado porque eres joven y ligera-
CATALINA.- Demasiado ligera para dejarme cazar por un zángano.
PETRUCHIO.- Vamos, avispa, te picas demasiado.
CATALINA.- Sí, soy avispa y cuídate de mi aguijón.
PETRUCHIO.- ¿Quién no sabe dónde lleva una avispa su aguijón? En la cola.
CATALINA.- En la lengua.
PETRUCHIO.- ¿En la lengua de quién?
CATALINA.- En la tuya, y si no tienes mejor historia que contar, adiós.
PETRUCHIO.- ¿Me mandas con la lengua a paseo? Vuelve. Soy un caballero, buena Cata.
CATALINA.- Voy a probarlo (LO GOLPEA)
PETRUCHIO.- Te juro que te daré una paliza si lo vuelves a hacer.
CATALINA.- Perderías tus brazos. Si me pegas, no serás caballero. Y si no eres caballero no tienes armas
PETRUCHIO.- ¿Serías un heraldo, Cata?
CATALINA.- ¿Cuál es tu cimera? ¿Una cresta?
PETRUCHIO.- Un gallo sin cresta, Cata (CANTA COMO GALLO)
CATALINA.- Jamás serás mi gallo. Cantas como un gallo vencido.
PETRUCHIO.- Vamos, Cata. No me mires tan desabrida.
CATALINA.- Es mi costumbre cuando contemplo a un conejo.
PETRUCHIO.- No hay aquí ningún conejo. No hay motivo para que estés tan irritada.
CATALINA.- La hay... la hay...
PETRUCHIO.- Muéstramelo entonces.
CATALINA.- Si tuviera un espejo.
PETRUCHIO.- ¿Te refieres a mi figura?
CATALINA.- Lo adivinas, a pesar de ser tan joven.
PETRUCHIO.- ¡Por San Jorge! Soy demasiado joven para ti.
CATALINA.- Y, sin embargo, estás ajado.
PETRUCHIO.- ¡El alcohol y las penas! Oye, Cata. No te vayas así.
CATALINA.- Voy a golpearte si me quedo. Déjame partir.
PETRUCHIO.- No, de ningún modo. Se me había afirmado que eras brusca, indómita, desagradable y ahora advierto que eran groseras mentiras. Te encuentro deliciosa, jovial, sumamente cortés. Sólo es lenta tu palabra, pero dulce como las flores en primavera.¿Por que el mundo cuenta que Cata es coja? ¡Oh, mundo calumniador! Cata es lista y esbelta como el mimbre y el avellano, dulce como la nuez y más exquisita que la almendra ¡Oh! ¡Vete para verte andar! ¡No estás coja!
CATALINA.- ¡Estúpido! ¡Ve y ordénales a tus criados! ¿Dónde has estudiado todos esos bellos discursos?
PETRUCHIO.- Los improviso, ayudado por el ingenio de mi madre.
CATALINA.- ¡Madre ingeniosa! Aunque sacó al hijo necio.
PETRUCHIO.- ¿No soy listo?
CATALINA.- Sí; como el agua ante el fuego: listo y caliente.
POETRUCHIO.- Tal es mi intención, dulce Catalina, pero en tu lecho. Por consiguiente me expresaré en términos claros: tu padre accede a que seas mi esposa. Tú dote se haya estipulada y quieras o no, me casaré contigo. Ahora, Cata, yo soy el marido que te conviene. Por esa luz que ilumina tu belleza tú no debes casarte sino conmigo, ya que he nacido para domarte, Cata, y transformar una Cata salvaje en una Cata sumisa. Aquí viene tu padre ¡Nada de negativas! ¡Debo y quiero tener a Catalina por mujer!

ACTO SEGUNDO.
ESCENA IV:
REGRESA BAUTISTA
BAUTISTA.- Hola señor Petruchio, ¿cómo te va con mi hija?
PETRUCHIO.- ¿Cómo sino bien, mi señor?¡Era imposible que sucediera de otra manera!
BAUTISTA.- ¿Qué hay, hija Catalina? ¿Siempre malhumorada?
CATALINA.- ¿Me llamas hija? Me das buena prueba de cariño paterno prendiendo casarme con un medio loco, un rufián, este bufón que cree imponerse con juramentos.
PETRUCHIO.- Suegro, así tú cuando me hablaste de ella, fuiste injusto. Si es mordaz, es por política y casta. Y estamos en tan buenas relaciones, que fijamos el próximo domingo para día de nuestras bodas.
CATALINA.- ¡Primero te veré ahorcar el domingo!
BAUTISTA.- ¡¿Es ese tu éxito?!
PETRUCHIO.- ¡Ten paciencia, suegro! Si ella y yo estamos contentos ¿qué importa lo demás? Cuando estábamos solos hemos convenido que ella continúe mostrándose áspera en sociedad. No imaginas hasta qué extremo me adora. ¡Oh, carísima Cata! ¡Prepara el festín, suegro! Estoy seguro que mi Catalina estará encantadora.
BAUTISTA.- No sé qué decir, pero dadme vuestras manos. Dios te envíe alegría. Casamiento hecho, Petruchio.
PETRUCHIO.- Adiós suegro y esposa. Parto para Venecia. El domingo está próximo. Tendremos sortijas, casa y lucido cortejo. Y ahora bésame, Cata. El domingo estaremos casados (SALEN PETRUCHIO Y CATALINA POR DIVERSOS LADOS)
BAUTISTA.- No pido otro beneficio que tranquilidad en el matrimonio.

ACTO TERCERO
ESCENA I
DELANTE DE LA CASA DE BAUTISTA. LLEGAN BAUTISTA, CATALINA, BLANCA.
BAUTISTA.- He aquí el día señalado en que deben casarse Catalina y Petruchio, y todavía nada sé de mi yerno ¿Qué quiero esto decir?
CATALINA.- Que no hay afrenta sino para mí, obligada a conceder mi mano a un loco grosero, que tras cortejarme a toda prisa, espera a desposarse cuando le plazca. Yo te dije que era un demente, que disimulaba sus punzantes bromas bajo modales bruscos; y que, a fin de pasar por un hombre simpático, haría la corte a mil mujeres sin haber tenido jamás la intención de cumplir la promesa. Ahora el mundo señala a la pobre Catalina con el dedo y dice: “Mira, he ahí la mujer de Petruchio, el loco, si a Petruchio le place venir a casarse con ella”.
SALE LLORANDO SEGUIDA DE BLANCA.
BAUTISTA.- Pobre hija, no puedo reprobar su llanto. Una santa no permanecería insensible ante tal afrenta.


ACTO TERCERO
ESCENA II
LLEGA PETRUCHIO MUY MAL VESTIDO.
PETRUCHIO.-¡Vamos! ¿Quién hay en la casa?
BAUTISTA.- Bienvenido, señor. No vienes vestido como hubiera deseado
PETRUCHIO.- Habría sido mejor de no haber influido la rapidez. Pero ¿dónde está Catalina? ¿Dónde está mi linda novia? ¿Cómo se halla mi suegro? Se diría que está de mal humor.
BAUTISTA.- Sabes que hoy es el día de tu boda. Primero estaba enojado temiendo tu ausencia. Ahora estoy más enojado viéndote venir en semejante descuido. ¡Quítate esa ropa indigna de tu posición y molesta a la vista de una festividad tan solemne! Y dime qué circunstancia de interés te ha mantenido ausente de tu esposa, y cómo llegas ahora tan descosido.
PETRUCHIO.- Baste saber que he venido a cumplir mi palabra, aunque me haya visto obligado a faltar en algunos puntos. Sobre ellos te daré mis excusas y explicaciones más despacio. Pero ¿dónde está Cata? A esta hora debíamos estar en la iglesia.
BAUTISTA.- Vete a cambiar.
PETRUCHIO.- No, es así como quiero verla.
BAUTISTA.- Pero supongo que no es así como quieres casarte con ella.
PETRUCHIO Tal y como estoy. Pero no hablemos más. Es conmigo con quien se casa, no con mis ropas. Pero voy a saludarla con un tierno beso. (SALE)
BAUTISTA.- Sus razones tendrá para vestir así. Ya le persuadiremos para que se vista mejor para ir a la iglesia. (LE SIGUE)

ACTO TERCERO
ESCENA III
REGRESAN CASADOS PETRUCHIO Y CATALINA, SEGUIDOS POR BLANCA, HORTENSIO, GRUMIO Y BAUTISTA.
PETRUCHIO.- Caballero y amigo, te doy las gracias por asistir a mi unión con la paciente, la más dulce y más virtuosa mujer y adiós.
GRUMIO.-¿Partimos esta noche?
PETRUCHIO.- Debo partir de inmediato.
BAUTISTA.- Permanece, por lo menos hasta después del banquete. Te lo suplico.
PETRUCHIO.- No puedo. Como sé que muchos esperan sentarse con nosotros a la mesa, les he invitado que coman contigo que eres mi suegro y que beban a mi salud, porque debo partir enseguida.
CATALINA.- ¿Te placería quedarte?
PETRUCHIO.- Me place que me pidas que permanezca; pero no puede ser.
CATALINA.- Quédate si me amas.
PETRUCHIO.- Grumio, mis caballos.
GRUMIO.- En seguida, señor.
CATALINA.- Pues has lo que quieras. Yo no partiré hoy, no; ni mañana, hasta que me venga en gana. La puerta está abierta, señor: Ahí está tu camino. Así probarás tu ración de recién casado.
PETRUCHIO.- ¡Oh, Cata! Cálmate, por favor, no te encolerices.
CATALINA.- ¡Quiero encolerizarme! ¿Qué te has creído? ¡Quédate tranquilo padre que ser quedará hasta que yo quiera!
GRUMIO.- Aseguro que ahora si comienza la partida.
CATALINA.- Padre, regresemos al festín nupcial.
PETRUCHIO.- Obedezcan a la desposada. Vayan, festejen, atráquense. Beban. Muéstrense alegres y locos. En cuanto a mi Cata, debe seguirme. No, no hay que abrir los ojos, ni patear, ni enojarse, ni consumirse. Quiero ser dueño de lo que me pertenece. Ella constituye mis bienes, mis bienes muebles; ella es mi casa, mi hogar, mi campo, mi granja, mi caballo, mi buey, mi asno, mi todo. Hela aquí. ¡Y cuidado quien ose tocarla! ¡Mostraré quién soy al atrevido que ose detenerme en mi camino a Padua! ¡Grumio, tira de la espada! ¡Estamos rodeados de ladrones! No tengas miedo, cara doncella; nadie te tocará, Cata. ¡Yo te serviré de broquel ante un millón de adversarios. (SALEN)
BAUTISTA.- He allí una pareja que vivirá tranquila. Vamos, profesor.

ACTO CUARTO.
SALÓN DE LA CASA DE PETRUCHIO. ENTRAN CATALINA Y GRUMIO.
CATALINA.- Cuanto peor me trata, más finge quererme. ¿Se ha casado conmigo para hacerme morir de hambre? Yo, que nunca he necesitado de nada, estoy privada de alimento y de sueño. Y todo bajo el pretexto de que me ama. Se diría, escuchándolo, que el alimento y el sueño me van a causar una enfermedad mortal o una muerte repentina. Necesito algo de comer.
ENTRA PETRUCHIO.
PETRUCHIO.- ¿Cómo se encuentra mi Cata?
CATALINA.- A fe, tan fría como conviene.
PETRUCHIO.- Mírame con semblante risueño. En seguida, mi miel adorada, volveremos a la casa de tu padre. ¿Qué? ¿has comido ya?
CATALINA.- ¡¡Noo!!
PETRUCHIO.- Bien, si esa es tu prisa, iremos a casa de tu padre con estos sencillos y decentes vestidos.
CATALINA.- Pero estos son prácticamente harapos, señor.
PETRUCHIO.- Lo que enriquece el cuerpo es el espíritu. Alégrate. Es temprano y llegaremos a la hora de la cena.
CATALINA.- Te aseguro, señor, que la cena terminará antes de que lleguemos.
PETRUCHIO.- Adelante, en nombre de Dios... ¡Qué resplandeciente y clara brilla la Luna!
CATALINA ¡La Luna! El Sol, no hay Luna a esta hora.
PETRUCHIO.- Digo que es la Luna la que brilla tan resplandecientemente.
CATALINA.- Y yo digo que es el Sol.
PETRUCHIO.- ¡Cómo! ¡Por el hijo de mi madre, que será la Luna las estrellas o lo que se me antoje, antes de que prosiga la ruta a casa de tu padre! ¡Siempre contradiciendo y cuestionando! ¡Sin otra cosa que contradecir!
CATALINA.- Prosigamos nuestra ruta, te lo suplico. Será la Luna o el Sol, lo que tú quieras. Si te place que sea el Sol una lamparita juro que no otra cosa será para mí.
PETRUCHIO.- Digo que es la Luna.
CATALINA.- Reconozco que es la Luna.
PETRUCHIO.- ¡Mientes entonces! ¡Es el Sol bendito!
CATALINA.- ¡Bendito sea Dios! ¡Es el Sol bendito! Y no será el Sol si dices que no lo es, y cambiará a Luna cuando se te antoje que cambie, y por lo tanto, lo que quieras que sea, será para Catalina.
PETRUCHIO.- ¡Bien! ¡Entonces adelante! ¡A la casa de mi suegro Bautista! SALEN.

ACTO QUINTO
ESCENA I
CASA DE BAUTISTA LLEGA BAUTISTA ACOMPAÑADO DE PETRUCHIO, CATALINA, GRUMIO UN VINCENCIO MUY ALTERADO.
BAUTISTA.- Explícame, con calma Caballero, que quiero saber de que se trata todo este abuso del que has sido objeto...
VINCENCIO.- Lo que le he contado, señor mío... que he venido desde Pisa hasta estas tierras, para visitar a mi hijo HORTENSIO a quien extraño con enormidad... Tu propio yerno, acompañado de tu dulce hija Catalina, quien al parecer tiene un poco de hambre por el viaje, pues insistía en comer algunas ramas del camino, me dejó en la puerta de la casa de mi hijo...
BAUTISTA.- ¿Dulce? ¿Mi hija? ¿Con hambre?
CATALINA.- ¿Ya está la cena lista, padre?
PETRUCHIO.- Tu padre va a pensar que no te doy alimento en mi morada... es la felicidad por verte suegro, lo que le ha despertado un hambre atroz... Nosotros acompañamos al caballero como te ha dicho y...
VINCENCIO.- Y al quedar frente a la casa prometiendo unos tragos con Petruchio, he sido objeto de una terrible burla...
PETRUCHIO.- Al abrirse la puerta y solicitar recibimiento para el caballero hemos descubierto a un pedagogo que descaradamente ha usurpado su identidad...
VINCENCIO.- Ha dicho que su nombre es mi nombre y quien en definitiva se ha hecho pasar por mí... Yo, viendo que este crimen se llevaba a cabo y ayudado por tu yerno, quise hablar con mi hijo y preguntarle la causa de lo que hasta ese momento pensé era un equívoco y cuál fue mi sorpresa... resultó que el hombre con quien me permitieron hablar, diciéndome que era mi propio hijo era un sirviente, quien hasta tuvo el atrevimiento de negar la verdad ante los presentes...
BAUTISTA.- Esto es un pecado, señor mío... ¿Y cuál fue la razón para tal abuso? Pero aguarda que alguien viene.
PETRUCHIO.- Te suplico Cata que nos mantengamos aparte, para ver el final de la controversia.
CATALINA.- Si, pero mientras dame aunque sea un trozo del pan que llevas en la mochila, o voy a morir de hambruna.
ACTO QUINTO
ESCENA II
ENTRAN SIGILOSAMENTE HORTENSIO Y BLANCA Y SE ASUSTAN AL DESCUBRIR LA PRESENCIA DE LOS ANTERIORES.
HORTENSIO.- ¡Estamos pedidos! (ARRODILLÁNDOSE ANTE VINCENCIO) ¡Perdón, querido padre!
VINCENCIO.- ¿Vive mi amadísimo hijo?
BLANCA.- (ARRODILLÁNDOSE ANTE BAUTISTA) ¡Padre querido, perdón!
BAUTISTA.- ¿En qué me has ofendido? ¿Dónde está Hortensio?
HORTENSIO.- He aquí a Hortensio, el verdadero hijo del verdadero Vincencio, que viene de casarse con su hija.
BAUTISTA.- ¡Cómo! ¿No es ese el criado?
BLANCA.- El criado se había cambiado con Hortensio.
HORTENSIO.- El amor es el que ha hecho estos milagros. Por amor a Blanca he cambiado de personalidad. Y así he llegado felizmente al puerto deseado de mi ventura.
VINCENCIO.- Pero le romperé las narices a ese villano...¿Qué pretendía? ¿Llevarme a la cárcel?
BAUTISTA.- (A HORTENSIO) Entonces, señor ¿Te casaste con mi hija sin mi consentimiento?
VINCENCIO.- Nada temas, Bautista; quedarás satisfecho. Pero entremos que tenemos cosas que acordar ahora que somos familia.
BAUTISTA.- Y yo para que aclaremos a fondo esta bellaquería.
CATALINA.- Y yo para que cenemos.
PETRUCHIO.- Shh.
(SALEN BAUTISTA Y VINCENCIO)
BLANCA.- Hortensio... tengo miedo.
HORTENSIO.- No palidezcas, Blanca... Tu padre no fruncirá más el entrecejo.
(SALEN DETRÁS DE LOS PRIMEROS HORTENSIO Y BLANCA)

ACTO QUINTO
ESCENA III
CATALINA.- Vamos a seguirlos, esposo, a ver en qué termina esto y para estar presente en la cena.
PETRUCHIO.- Bésame antes, Cata, y después los seguiremos.
CATALINA.- ¿Como, aquí ante toda esta gente?
PETRUCHIO.- ¿Pues qué? ¿Te avergüenzas de mí?
CATALINA.- No, señor, Dios me guarde. Pero me ruboriza darte un beso así
PETRUCHIO.- entonces volvemos a casa.
CATALINA.- No... por Dios... voy a darte un beso. Ahora te ruego, amor mío, que te quedes.
PETRUCHIO.- Más vale tarde que nunca, pues nunca es demasiado tarde. (SALEN)

ACTO QUINTO
SEGUNDO CUADRO
REGRESAN BAUTISTA, VINCENCIO, HORTENSIO, PETRUCHIO, CATALINA, BLANCA Y GRUMIO.
BAUTISTA.- Henos por fin todos de acuerdo, después de tan largas desavenencias.
VINCENCIO.- Es el instante, una vez terminada la guerra, de sonreír a los peligros.
HORTENSIO.- Mi bella Blanca, da la bienvenida a mi padre, mientras expreso el mismo detalle al tuyo. Hermano Petruchio, hermana Catalina, espero que puedan divertirse de la mejor manera y sean bienvenidos en mi casa.
CATALINA.- ¿Y la comida?
BLANCA.- En la cocina, a punto para el festín. ¿Vamos?
CATALINA.- Sí, sí, vamos... Si tú me lo permites, amado Petruchio.
PETRUCHIO.- Te lo permito, amada mía... pero regresa pronto que no me hallo sin ti. Ahh, nada más sentarnos, conversar y comer.
(BLANCA Y CATALINA SALEN Y LOS HOMBRES SE SIENTAN)
BAUTISTA.- Padua siempre brinda estas satisfacciones, yerno.
PETRUCHIO.- Padua no brinda nada que no sea adorable.
BAUTISTA.- Hablando ahora en serio, hijo Petruchio, pienso que tienes la fierecilla más difícil de todas.
PETRUCHIO.- Pues yo digo que no; y en prueba de ello, que cada uno envíe a llamar a su mujer. Y aquella que sea más obediente y venga primero, ganará el premio que hayamos convenido.
VINCENCIO.- ¿Cuánto apostamos por Blanca, hijo?
HORTENSIO.- Veinte coronas.
GRUMIO.- ¡¿Veinte coronas...?! ¡¿Veinte millones de bolívares?!
PETRUCHIO.- Hecho.
BAUTISTA.- ¿Quién comenzará?
HORTENSIO.- Yo. Grumio, ve y dile a tu señora Blanca de mi parte que venga.
GRUMIO.- ¡Voy! (SALE)
BAUTISTA.- Yerno, parto la mitad contigo. Blanca vendrá.
HORTENSIO.- No quiero particiones. Llevo la apuesta solo.
VUELVE GRUMIO.
HORTENSIO.- ¿Qué hay?
GRUMIO.- Señor, mi señora me envía a decirte que está muy ocupada y que no puede venir y que si es muy urgente que vayas por ella.
PETRUCHIO.- ¡Hola! ¿Está ocupada y no puede venir? ¿Qué vaya por ella? ¿Es esa su respuesta?
GRUMIO.- Sí, y muy amable también. Ruegue a Dios que su mujer no envíe una peor respuesta.
PETRUCHIO.- ¡Yo la espero a ella mejor! ¡Grumio! ¡Ve a buscar a tu señora y dile que la mando a que venga!
SALE GRUMIO.
BAUTISTA.- Yo ya sé la respuesta.
PETRUCHIO.- ¿Cuál es?
HORTENSIO.- ¡Que no le da la gana!
PETRUCHIO.- Sería mi mayor desgracia. Eso es todo.
ENTRA CATALINA.
BAUTISTA.- ¿¡Cómo?! ¡Por la Virgen Santísima! ¡Aquí está Catalina!
CATALINA.- ¿Qué deseas mi dueño que enviaste por mí?
PETRUCHIO.- ¿Dónde está tu hermana?
CATALINA.- Esperando por mí para continuar la charla al fuego de la cocina.
PETRUCHIO.- Anda y tráela. Y si se niega a venir tráela a la fuerza ante su esposo. Anda, tráela de inmediato.
CATALINA SALE.
BAUTISTA.- ¡Es algo asombroso!
VINCENCIO.- ¡Algo asombroso!
PETRUCHIO.- Algo que presagia el amor y la vida tranquila, el respeto de las conveniencias y la supremacía del esposo tan perdida en estos días con el cuento de la liberación.
BAUTISTA.- ¡Sea contigo la felicidad, Petruchio! Has ganado la apuesta, y a la suma perdida agrego veinte mil coronas.
GRUMIO.- ¡Veinte mil bolívares fuertes!
PETRUCHIO.- No; quiero ganar mejor la apuesta, hacer la demostración más evidente de los nuevos cimientos sobre de su virtud y su sumisión. ¡Mírenla!
ENTRA CATALINA CON SU HERMANA A RASTRAS.
Catalina.- Aquí estoy, mi señor, con tu petición cumplida.
PETRUCHIO.- Catalina, ese gorro que llevas no te sienta bien, mi amor, quítatelo y arrójalo a los pies.
CATALINA OBEDECE.
BLANCA.- ¡Qué vergüenza! ¡¿Cómo llamas a esto: obediencia, insensata?!
HORTENSIO.- Quisiera que tu obediencia pecara de esa insensatez. La dignidad de la tuya, querida Blanca, me cuesta cien coronas desde la cena!
BLANCA.- Más insensato has sido tú por haber apostado por mi obediencia.
PETRUCHIO.- Catalina, te encargo que le des una lección a esta hermana de mala cabeza sobre los deberes que la ligan a su esposo y señor.
BLANCA.- ¿Te burlas, cuñado? Yo no he pedido cuentos de ese tipo.
PETRUCHIO.- Comienza.
CATALINA.- ¡Avergüénzate! Despeja esa frente feroz y no lancen tus ojos esas desdeñosas miradas, como si quisieras amenazar a tu señor. Eso empaña tu hermosura; destruye tu reputación y no es prudente ni amable. Una mujer así semeja una corriente turbia y privada de encanto. Tu marido es tu vida, tu guardián, tu cabeza, tu soberano; el que cuida de ti, el que se ocupa de tu bienestar. Él es el que somete su cuerpo a rudos trabajos, sin otro tributo que el amor y la dulce y fiel obediencia; pago bien débil, para deuda tan grande. La mujer se obliga con su marido a los mismos deberes que los súbditos con su príncipe. Y si se encuentra indómita, malhumorada, intratable, desabrida y no obediente a sus legítimos órdenes ¿qué es sino una rebelde, una contendiente vil, culpable del delito de traición para con su bien amado? Vergüenza me produce ver a las mujeres declarar, ingenuas, la guerra, cuando deberían implorar la paz; pretender el mando, la supremacía y el dominio, estando destinadas a amar.
BAUTISTA.- ¡Es un milagro escuchar esas palabras en boca de una fiera!
CATALINA.- ¿Por qué son nuestros cuerpos tan delicados, frágiles y pulidos, ineptos para las fatigas y agitaciones, sino porque la calidad gentil de nuestro espíritu, nuestros corazones, deben hallarse en armonía con nuestro exterior? ¡Vamos! Yo he tenido un carácter peor que el tuyo y un corazón más altanero. No te muestres orgullosa, que no servirá de nada y pon tus manos a los pies de tu esposo en señal de obediencia. Si el mío lo manda, mi mano está pronta para que en ello halle placer.
PETRUCHIO.-¡Eso es lo que se llama una señora! ¡Ven y bésame, Cata!
HORTENSIO.- Bien, has logrado tu fin.
VINCENCIO.- No hay nada más encantador que niños complacientes
HORTENSIO.- Pero nada más desagradable que mujeres incorregibles.
PETRUCHIO.- Anda, Catalina, pasemos a comer y vamos al lecho. (A HORTENSIO) Yo he ganado la apuesta aunque tú diste en el blanco ¡En calidad de vencedor, ruego a Dios nos conceda una feliz noche!
BAUTISTA.- Que así sea para siempre, pues mi hijo Petruchio ha domado a una fiera.
CATALINA.- Y yo soy por él...
TODOS.- ¡¡¡La fierecilla domada!!!

DESPEDIDA MUSICAL (FIN DE FIESTA)

Fin.
Versión libre para teatro en espacios no convencionales
César Eduardo Rojas Márquez.

El Dictador o La Furia de las Langostas

Introito
EL PÚBLICO INGRESA A UNA SALA EN LA QUE SE ENCUENTRA UN ESPACIO CON UNA ESCENOGRAFÍA SIN FINALIZAR. SE ESCUCHAN EVENTUALMENTE TRUENOS Y CAMPANAS COMO UNA PRUEBA DE SONIDO DE UN TEATRO. LOS MÚSICOS AFINAN SUS INSTRUMENTOS Y LOS ESPECTADORES CIRCULAN ENTRE LOS TRAMOYAS QUE CUELGAN UNOS ARLEQUINES Y DEJAN CAER ARENA COMO LLUVIA. CREANDO UNA ATMÓSFERA MÁGICA. NO MUY LEJOS, UNA ACTRIZ CALIENTA LA VOZ ENTONANDO A CAPELLA UNA PIEZA ITALIANA UTILIZADA POR LOS FASCISTAS Y EL MOVIMIENTO DE MARINETTI. UNA BEDEL LIMPIA EL ESCENARIO. LOS ACTORES VAN INGRESANDO AL ESCENARIO PARA REPASAR AD LIBITUM UNA PLANTA DE MOVIMIENTO ELEGIDA PARA UNA REPRESENTACIÓN ROMANA. DE PRONTO TODO SE DETIENE Y SE ADELANTA UN EXTRAÑO PERSONAJE QUE PARECE SURGIDO DE UN SUEÑO.
JAVIER.- He tenido que esperar hasta este siglo para poder exponer sobre este escenario una historia que no pertenece a un solo grupo, o a un solo gremio artístico surgido en la época de Oro del teatro venezolano del siglo XX... Tengo la certeza de que algunos pretenciosos intentaran esgrimirse, si no están muertos, como los protagonistas de lo que quiero contar... No deben creerles... Esta es una historia... inocente y pretenciosa...porque ingenuamente intentará ser aleccionadora... porque para mí el teatro es eso... un cuento... una parábola... una leyenda... porque somos los últimos rapsodas de la humanidad... y después de mucho experimentar entre istmos y movimientos artísticos que se esgrimían como los dueños de la verdad absoluta, nosotros, los teatreros, como niños, o como epílogos de los duendes, hemos concluido que la verdad no existe... que existen verdades que se confrontan se mistifican y se sincretizan en cada comunidad... para cada ser humano... y cuando llega, usted, el espectador, una de nuestras piezas de teatro, lo que viene es a escuchar una historia con la que pueda... identificarse... y divertirse, mientras viven con sus personajes el cuento...
El arte de la escena no es más que un modo de comunicación, rudimentario para el mundo virtual, pero a través del cual todavía nos sentirnos orgullosos de lo que somos... o nos reconocemos... por eso nunca dejará de ser eficaz para los que quieran comunicarse y sentirse parte de un mismo pueblo... De un mismo mundo...
Me gusta pensar que los escritores de teatro somos capaces de tomar de nuestras realidades... de nuestros mundos de referencia, los sueños, experiencias y capacidades de imaginar, elementos que transforman para crear las historias que plasman... aunque algunos moralistas y envidiosos piensen lo contrario...
Por eso regreso cada noche a este lugar a contar... y regresaré mientras el hombre exista... Es mi responsabilidad divina...
En aquella época, en la que se lleva a cabo esta historia, que muchos intentarán decir que no es teatral y que les he venido a contar, éramos muy pocos y muy mal distribuidos... Aunque dudo que esto haya variado en este siglo... A lo mejor es que soy un desconfiado que todavía se sorprende con los pecados propios y ajenos... Por eso el arte de la escena era como una cofradía... una élite... la ultima secta de los guerreros que tenían por armas las ideas... Por eso nos consideraban tan peligrosos para la razón del estado que en más de una oportunidad intentaron... y trataron siempre de demostrar que estábamos locos, que éramos demasiado existenciales... y que no debían escucharnos... y seguirán intentando erradicarnos del planeta.
Una vez sueltos de la responsabilidad social gracias a los medios de comunicación de masa y la comprensión que pudimos sorber de las novedosas ideas experimentales del siglo XX, nos había permitido regresar a las tradicionales historias de la tribu... de lo que nos dolía o nos molestaba... y de lo que debíamos recordar, porque fuimos siempre un pueblo sin mucha memoria... pero con muchos cuentos... preferiblemente si eran chismes y bien picantes...
Viví en un tiempo en el que parecía mucho más importante tener poder que tener talento... Y muchos de los míos perdieron la vida en el intento de ser envueltos por el poder...
El poder... ¿Por qué, a pesar de los siglos hemos seguido sintiendo fascinación por el poder? ¿Por qué quien esgrime el poder se entumece... y se le olvida su condición mortal... imperfecta... perecedera? ¿Por qué causa tanto encanto a los amigos y enemigos? ¿Pueden imaginarse que un director de orquesta, o un coreógrafo... un director de cine o de teatro, el dueño de una galería de arte o un Presidente de la República maneje su partido o agrupación a partir del exacto conocimiento de las inclinaciones sexuales de cada uno de sus integrantes...? ¿Que podría ocurrir? Tengo que admitir que este cuento tiene muchos elementos de muchos chismes que escuché y que recopilé para que quedaran como un recuerdo que nos permita recordar cuando pase el tiempo y seamos olvidados... como el poder puede destruir de una sola zarpada los sueños y las vidas de quienes lo ostentan... Pero las verdades permanecen existiendo a pesar de los intentos de quitarlas de su lugar para que otros tomen sus sitio… Quisiera que fuera una lección para las futuras generaciones... para que no repitamos lo que he convertido en una sola historia...

LAS CAMPANAS Y LOS TRUENOS AUMENTAN. El YO DESAPARECE. UNA EXTRAÑA MELODÍA SURGIDA DE INSTRUMENTOS DE AIRE Y CUERDAS INVADE EL ESPACIO Y CREAN UNA ATMÓSFERA ESPECIAL. MIENTRAS LOS ACTORES RETOMAN SUS ACTIVIDADES.





ARTICULACIÓN.









I
LA ACTIVIDAD ACTORAL Y TÉCNICA CRECE. UN TRAMOYA CORTA UNA TARIMA. UN ACTOR QUE INTERPRETA A CALÍGULA Y OTRO A ESCIPION, PERSONAJES DE ALBERT CAMUS, ENSAYAN UNO DE SUS TROZOS. CALÍGULA LE TOMA EL ROSTRO A ESCIPION Y TODO PARECE DETENERSE.

CALÍGULA.- ¿Acaso tú conoces la soledad? La de los poetas y de los impotentes. ¿Soledad? ¿Pero cuál? Ah, no sabes que nunca se está solo. Y que a todas partes nos acompaña el peso del porvenir y el pasado. Los seres que hemos matado están en nosotros. Y con esos sería fácil. Pero los que hemos querido y que nos quisieron, los pesares, el deseo, la amargura y la dulzura, las prostitutas y la pandilla de los dioses (LO SUELTA Y RETROCEDE A LO QUE PARECE QUE SERÁ SU TRONO) ¡Solo! ¡Ah, si por lo menos, en el lugar de esta soledad, envenenada de presencia, pudiera gustar la verdadera, el silencio y el temblor del árbol! (CON SÚBITO CANSANCIO) ¡La soledad! No, Escipión... La puebla un crujir de dientes, y en toda ella resuenan ruidos y clamores perdidos. Y junto a las mujeres que acaricio, cuando la noche se cierra sobre nosotros y, lejos al fin mi carne satisfecha, creo asir un poco de mí mismo entre la vida y la muerte, mi soledad entera se llena de agrio olor del placer, entre las axilas de la mujer que aun naufraga a mi lado.
LARGO SILENCIO. ESCIPION COLOCA UNA MANO EN EL HOMBRO DE CALÍGULA Y ESTE, SIN VOLVERSE, LA CUBRE CON UNA DE LAS SUYAS.
ESCIPIÓN.- Todos los hombres tienen una dulzura en la vida. Eso los ayuda a continuar. A ella recurre cuando se siente demasiado cansado y gastado.
CALÍGULA.- Es cierto, Escipión.
ESCIPIÓN.- ¿No hay en la tuya nada semejante? ¿La proximidad de las lágrimas? ¿Un refugio silencioso?
CALÍGULA.- Sí, a pesar de todo.
ESCIPIÓN.- ¿Y qué es?
CALÍGULA.- (LENTAMENTE) El desprecio...
TRUENOS, CAMPANAS, VIENTO. UNA MUJER CANTA UN ÁRIA DE LUCIA. NADIE SE PREOCUPA POR EL OTRO Y EL PUBLICO DEAMBULA ENTRE ALGUNOS ELEMENTOS ESCENOGRÁFICOS. A TRAVÉS DE GESTOS TRES ACTORES PELEAN POR ASUNTOS DE AMOR. SE ESCUCHAN LAS OLAS DEL MAR QUE SE TRANSFORMA EN TORMENTA. EN EL ENTARIMADO MÁS ALTO, AUN SIN TERMINAR, SE PARA UNA MUJER SEMI DESNUDA. ESTÁ EVIDENTEMENTE BORRACHA. EN ACTITUD DECLAMATORIA LA DAMA COMIENZA A RECITAR EN LENGUAS DESCONOCIDAS. ALGUNOS PIENSAN QUE SE PUEDE CAER. TODOS SE DETIENEN PARA ESCUCHARLA E INTERVENIR SI SE VIENE ABAJO.

NELLY.- Ac tuhuju pack, erake io entraba
Arack tu uh pack sortimentis deste cueste leve...
Ekate pecato tuto artis... Sortimentis... sortimentis et maldicis
Toteca ka ke ceta folie... ceka ko lorke putrefacturectis...
Et por sá io tengo droá des montá ro ciel
A coté del trounus omnipotentis del Capus ereisum

NELLY REPITE ESTO UNA Y OTRA VEZ, ANTE EL TEMOR GENERALIZADO DE QUE SE CAIGA. LLEGA ARCHI, EL ASISTENTE DE DIRECCIÓN, CON LOS INSTRUCTORES. TENSIÓN EN LOS ACTORES Y TÉCNICOS. ELLA NO SE DETIENE AUNQUE DA ALGUNOS TRASPIES QUE ANUNCIAN UNA PRÓXIMA CAÍDA. TODOS LOS ACTORES SE PONEN DE ESPALDAS A NELLY Y HABLAN HACIA LOS ESPECTADORES COMO SI NELLY ESTUVIERA ALLÍ.
ARCHI.- (DESCUBRIENDO EL ESTADO DE LA MUJER) ¡¿Qué tiene?
NALDO.- ¿Está desnuda?
NORMA.- No...
ARCHI.- Por supuesto que sí, está desnuda... ¡¿Qué hace...?!
CALÍGULA.- Cree que recita versos en lenguas desconocidas a la orilla de la playa... como hizo aquella vez...
DE PRONTO NELLY GRITA Y CAE DESMAYADA.
ESCIPIÓN.- Está borracha.
ARCHI.- Bájenla y pónganle vitamina E, o algo así, pero intravenosa... que si llega el Capo y la consigue así, es capaz de matarla... (A UN ACTOR) Hagan lo que quieran, pero que esté despierta cuando llegue El Capo...
SUBEN CALÍGULA, ESCIPIÓN, NALDO Y LA SACAN DEL ESCENARIO SIN QUE ELLA DEJE DE RECITAR. PRIMER LLAMADO DEL ASISTENTE PARA INICIAR EL ENSAYO.
ARCHI.- Prevenidos. Primera llamada. Primera. Revisen sus objetos y útiles los que no lo han hecho... y que nos les vaya a faltar nada para el ensayo. No quiero que el Capo se moleste y la vaya a pagar conmigo... porque me voy a encargar personalmente de que se vayan a hacer teatro a La Asunción, en Margarita... Así que prevenidos... Prevenidos... Primera llamada…
DE PRONTO, COMO PRESINTIENDO LA PRESENCIA DE ALGO LLEGADO DEL CIELO, LOS ACTORES COMIENZAN A DESAPARECER DEL ESCENARIO Y A COLOCARSE EN LOS LUGARES QUE TIENEN MARCADO PARA SU ENTRADA. A NELLY LE PONEN UNA INYECCIÓN Y PARECE QUE LE HACE EFECTO COSI INMEDIATAMENTE, PERO VUELVE A DESMAYARSE Y LOS ACTORES LA AYUDAN A VOLVER EN SI PONIÉNDOLE UNAS ESPONJAS HÚMEDAS EN LA FRENTE. EL MUSICALIZADOR CORRE A LA CÓNSOLA DE SONIDO Y LA DA AL PLAY DE UNO DE SUS GRABADORES DE CINTA. COMIENZA A SONAR UNA MAJESTUOSA PIEZA BARROCA. CEREMONIOSAMENTE LLEGA EL DIRECTOR. ESTA RODEADO DE CUATRO HOMBRES QUE NO DEJAN QUE NADIE SE LE APROXIME DEMASIADO. ENRIQUE LE CUBRE CON UNA SOMBRILLA; EL DRAMATURGO, LLEVA UNA LIBRETITA DONDE ANOTA TODO LO QUE OCURRE Y TODO LO QUE DICE EL DIRECTOR; UN TERCERO TRAE UN TERMO CON VASITOS DESECHABLES, AZUCAR, BOLSITAS DE MANZANILLA, ETC. ÉL SIRVE CONSTANTEMENTE PARA ESTAR LISTO A SOLICITUD DEL JEFE. EL ÚLTIMO, UN HERMOSO EJEMPLAR MASCULINO, EN ACTITUD DE GUARDAESPALDAS. ARCHI SE LE ACERCA SOLÍCITO. EL DIRECTOR MIRA HACIA UN LUGAR DEL ESCENARIO Y MIRA COMO PREGUNTÁNDOLE AL ASISTENTE. ESTE SE PONE NERVIOSO Y LEVANTA SU MEGÁFONO Y PREGUNTA.

ARCHI.- ¿Dónde está Josué...? (NADIE CONTESTA) ¡¡¡Señores, acabo de preguntar si alguien sabe en dónde se encuentra, Josué!!
LA ACTRIZ QUE CANTABA LE DICE A ARCHI DESDE SU POSICIÓN Y A TRAVÉS DE SEÑAS QUE ESTA EN EL BAÑO.
ARCHI.- ¡¿Dónde...?!
UNO DE LOS MUCHACHOSA QUE YA ESTABA EN ACTITUD PARA ENTRAR COMO GUARDIA SE VOLTEA Y GRITA.
JOVEN.- ¡¡Está cagando...!! ¡¡Se comió unas caraotes y le dio diarrea!!
ARCHI VOLTEA AVERGONZADO HACIA EL DICTADOR Y SU EQUIPO.
ARCHÍ.- Si quieres espero...
MARLO.- No... ¿Dónde están las culebras que estoy formando como directores?
ARCHI.- ¡¿Esos...?! Están sentados en las butacas... observándote con actitud reprobatoria... Si fuera tú ya los habría echado del ensayo...
ARCHI SE RETIRA Y MARLO BUSCA A LOS DIRECTORES CON LOS BINOCULARES QUE LE DA ENRIQUE MIENTRAS ARCHI LE HACE SEÑAL A LOS MÚSICOS, MIENTRAS ANUNCIA.
ARCHI.- Prevenidos... segunda llamada... Segunda... todos en su lugar y en actitud...
ARCHI SE ACERCA HASTA UN ACTOR QUE ESTÁ COLOCÁNDOSE EN SU PUESTO Y SE NOTA QUE LE FORMA UN LÍO. LOS MÚSICOS DAN EL ÚLTIMO AJUSTE A SUS INSTRUMENTOS. SE ESCUCHAN LAS CAMPANAS Y LOS TRUENOS, MIENTRAS EL MUSICALIZADOR AJUSTA LAS CINTAS PARA QUE ESTÉN A PUNTO. EL ILUMINADOR PRUEBA LOS PIES. LOS ACTORES COMIENZAN A HACER EJERCICIOS VOCALES. LA ACTRIZ CANTANTE INTERPRETA UN TROZO DE AIDA. TODO PARECE SER UN CAOS. MARLO TOMA TE Y ACARICIA AL JOVEN MACHO. SE ESCUCHAN CÍMBALOS. CAEN CUERDAS A LO LARGO DEL EDIFICIO TEATRAL, PRÁCTICAMENTE SOBRE LOS ESPECTADORES. DE PRONTO MARLO LEVANTA LA MIRADA Y VE A ARCHI Y ESTE ACCIONA INMEDIATAMENTE Y LEVANTA EL MEGÁFONO PARA ANUNCIAR. LOS ACTORES Y TODO EL PERSONAL ASUME LA POSICIÓN DE SOLDADOS ANTE LAS ÓRDENES DE UN SUPERIOR.

ARCHI.- Prevenidos... tercer llamado... Tercero... Principiamos... El ensayo va a comenzar... Todos preparados para iniciar dónde se decidió ayer... (REPRESIVO) ¡¿Qué pasa, Alberto?! ¿No comieron hoy...? El que no quiera estar aquí es mejor que sea honesto y se vaya de una buena vez, y le deje el puesto a cualquiera que sí quiera hacer las cosas como tienen que hacerse... Ese desgano va en contra de ustedes mismos como artistas y del espectáculo. Eso se llama sabotaje. Y al primero que veamos en actitud de saboteo, no sólo se va a tener que ir de aquí, sino que se va a tener que ir a hacer teatro a Punta de Mata, con los burros de la empresa petrolera.... No podemos hacerle eso al director... ni al equipo de producción, ni a nuestros compañeros... ni siquiera a nosotros mismos... Este ensayo tiene que tener visos de ensayo general, porque ya no falta sino un mes para el estreno y nosotros somos los artistas más importantes de esta generación... de este país... de este continente... y quizás de los más importantes del mundo... A nosotros sólo nos falta asumir el Ministerio de la Cultura de este país, para demostrar lo que podemos hacer los seres creativos y no los tecnócratas de pacotillas, desde los lugares estratégicos del poder... Y si todo sigue como va... muy pronto vamos a estar donde nos corresponde...
ARCHI MIRA A MARLO Y ESTE LE HACE UN GESTO CON LA CABEZA Y EL ASISTENTE LE HACE UNA SEÑA AL DIRECTOR MUSICAL.
ARCHI.- ¡¡¡Prevenidos!!!
LOS INSTRUMENTOS COMIENZAN A RELENTAR SUS AFINACIONES HASTA QUEDAR EN SILENCIO TOTAL Y CON ESTO LOS MOVIMIENTOS DE LOS ACTORES SE DETIENE. UNA LUZ CENITAL CAE SOBRE EL HOMBRE QUE LE SIRVE EL TE AL DIRECTOR. HACE GESTOS PARA LLAMAR LA ATENCIÓN: ESTIRA LOS PANTALONES; ARREGLA SU CAMISA; SE PASA LA MANO POR EL CABELLO PARA ARREGLARLO; SONRÍE. EL DIRECTOR NO LE PRESTA ATENCION. SE SUBE AL ESCENARIO. INTENTA CAUTIVARLO. FALLA. SE MOLESTA
JULIO CÉSAR.- Te agradezco que me escuches. No; no te lo pido... Es imperativo (PAUSA)¡Que me importa después ¡Después no importa...! No tendría sentido...No sería lo mismo. Además tú y yo sabemos que después...para nosotros...no existe (AL PÚBLICO) Se ha aprovechado de mí y no quiere escucharme (AL DIRECTOR) pero vas a hacerlo (AL PÚBLICO) siempre hace en privado lo que en público quiere hacer creer que son mis vicios (A ÉL) Hipócrita (SE SIENTA EN UNA SILLITA) Llevo sentado aquí, uno, dos, tres años, cuatro años, cinco años, un millón de años esperando una respuesta; seis años construyendo caminos que yo creía me ayudarían a salir a escena; siete años armándote y desarmándote las escenografías y la poesía para que se viera como tu esperabas; mil años esperando una oportunidad ( PAUSA) Yo no la quería pedir ( PAUSA) he limpiado, he sido mesonero, hasta he vendido cosas para poder optar por esa oportunidad... por que estoy seguro que me la merecía, aunque me la hayas negado durante tanto y me hayas hecho sentir como me siento (PAUSA) Cuando se iniciaba un proyecto, yo buscaba mecanismo para entenderme de los que otros sabían. Me arreglaba, me cortaba el cabello; me vestía con un traje de sueño para verme atractivo y me sentaba aquí a esperar. Tenia que esperar... pensando que lo haría este día, bien temprano, a las siete, cuando llegaba con su chaqueta de cuero, su periódico debajo del brazo y pedía un té de manzanilla, o un café y un jugo de naranja o toronja, antes de encerrarse en la oficina, a donde los aduladores no permitían la entrada. Llegaba. Me guiñaba un ojo. A veces me decía “- Buenos días, querido, ¿cómo estas ?-“ y seguía de largo, ignorando cualquier comentario que yo le hiciera... Yo corría a buscarle el café o el té de manzanilla...mientras se quemaba las manos por el calor del liquido pensaba que hoy si sería el día, que hoy me descubriría, hoy me daría un personaje con algo más de dos bocadillos y una pasada por el escenario...Y regresaba iluso a sentarme aquí a soñar... ¡Tenía que soñar! Yo veía cómo los personajes iban desfilando ante a mí, ante mis ojos, y la sombra del reparto se iba despejando ahí, en mis narices. Allí ...allí mismo... sólo unas manchitas odiosas, insignificantes, iban quedando en el papel, en la pagina que decía elenco... Unas líneas delgaditas que decían: sombras, hombres, mendigos, pueblo, borrachos, villanos, muñecos, relleno... Y como ratas iban apareciendo los aduladores; los agilazos; los negociantes; los arribistas; las putas necesarias que se vendían fácil por una oportunidad... por mi oportunidad (PAUSA) Volvía y me sentaba en la silla, pensando que otra vez sería y que no quería venderme. No me quería vender. Aunque piensas lo contrario y haya soportado tanto abuso en silencio, drogado o borracho... y me acuses de lo que a ti te gustaría hacer en secreto... Sabes que es así (PAUSA) ¡Escúchame! En este momento ninguno de ellos puede ayudarte, defenderte, o impedir que yo hable contigo... Sólo quería decirte que aunque no me des otra oportunidad... antes de que te vayas de la vida... yo quería desearte buen aniversario, mucha mierda y que tus deseos de convertirte en Ministro de la Cultura de este país se vean culminadas como tu quieres...
EL RITMO DE LAS ACCIONES VUELVEN A SU NORMALIDAD. EL JOVEN SE VA CON UNA ENORME MALETA. EL ASISTENTE HACE UN GESTO Y UN JOVENCITO NUEVO DE RASGOS MUY FEMENINO, FRAGILES, PERO ATRACTIVOS, TRAE UNA MANZANILLA HUMEANTE PARA EL DIRECTOR, SE LO DA, EL DIRECTOR HACE UNA GESTO DE PLACER Y EL JOVEN VA A SENTARSE EN EL MISMO LUGAR QUE OCUPABA EL JOVEN QUE SALIO ANTERIORMENTE. SIMULTANEAMENTE SE AJUSTA EL ESCENARIO PARA EL ENSAYO.
ARCHI.- Señores, silencio. El ensayo va a comenzar.
(LOS MUSICOS SE COLOCAN EN SUS RESPECTIVOS LUGARES EN SILENCIO. EL ASISTENTE BUSCA A ALGUIEN ENTRE EL PUBLICO)
ARCHI.- Por favor, aquel joven... Sí, aquel venga, voy a colocarle una pequeña tarea escénica para demostrar lo que puede hacer nuestro director con los actores jóvenes de este país... si, venga...
EL JOVEN SE ACERCA APENADO.
ARCHI.- Colóquese como guardia en aquella esquina, sin pena, ni risas, que esto no es un acto cultural... perfecto, muy bien... cuando yo se lo indique por una seña, usted va a decir “El espectáculo ha terminado “ .
EL QUE ESTABA EN EL LUGAR DEL GUARDIA REACCIONA.
MARCO.- ¿Quiere decir que ya no lo voy a decir yo...?
ARCHI.- Quiere decir que lo va a decir él. Producción: búsquenmele un casco y una espada... (JOVEN) Después que digas el texto te quedas ahí, hasta que yo te lo indique.
MARCO.- Pero el no estuvo en el proceso.
ARCHI.- ...pero al director le da la gana de que sea él y si no te gusta te puedes ir inmediatamente... porque según tengo entendido, cualquiera de los muchachos puede hacer ese insignificante guardia que tu haces, muchísimo mejor, y eso que tú estas graduado de actor.
MARCO.- Me estas faltando el respeto.
ARCHI.- Habla con producción y vete.
MARCO.- No, no te voy a dar el gusto, acomplejado...
ARCHI.- Cuídate, entonces. ¿Dónde está lo que pedí para el muchacho... ?
CORAL.- Aquí va.
EL JOVEN SE COLOCA LA INDUMENTARIA
ARCHI.- Bien , ya sabes, tienes que decir “ El espectáculo ha terminado ” cuando yo te diga y no te muevas. El resto prevenido para la escena V del cuarto acto. Silencio. Comienza la música de sistro y címbalos, acompañados de algunos truenos y un fuerte olor a incienso. (UNOS JOVENES BAILARINES BUSCAN A NELLY VESTIDA COMO CESONIA) Los guardias, Quereas, Primer Patricio, el viejo Patricio, en escena... Cesonia, prevenida. El resto se me coloca en aquella parte de las alas, por favor... El público, sin estorbar ni hacer ruido, de lo contrario vamos a tener que pedirles que se marchen, muy a pesar de nuestro. ¡Silencio! ¡Estamos listos! (EL DIRECTOR APRUEBA CON LA CABEZA)¡Vamos! (LOS BAILARINES RODEAN A CESONIA) ¡Música, bailarines, luz, actores! Cesonia, por la derecha, (EMPIEZA EL ENSAYO, ARCHI LE HACE SEÑAS AL JOVEN QUE HACE DE GUARDIA)
GUARDIA.- “ El espectáculo ha terminado ”
CESONIA.- (LA CUAL HA QUEDADO ENTRE LOS BAILARINES) Calígula me ha encargado decirles que los citaba por asuntos del estado, pero que hoy los había invitado a comulgar con el en una emoción artística (PAUSA; LUGO CON LA MISMA VOZ) Agrego además, que a quien no hubiera comulgado, se le cortaría la cabeza (CALLAN)
CESONIA.- Discúlpenme si insisto. Pero les debo preguntar si les ha parecido hermosa la danza.
PRIMER PATRICIO.- (DESPUES DE UNA VACILACION) Fue hermosa, Cesonia.
VIEJO PATRICIO.- (DESBORDANTE DE GRATITUD) Oh, si, Cesonia.
CESONIA.- ¿Y tu que crees ?
QUEREAS.- (FRIAMENTE) Fue gran arte.
CESONIA.- Perfecto, ahora podré informar a Calígula. (SALE POR LA IZQUIERDA)
EL DIRECTOR SE LEVANTA GRITANDO ENFURECIDO.
DIRECTOR.- Es insólito ( A LA ACTRIZ) ¿Cuántas veces tengo que decirte que tomes por la derecha y no por la izquierda? ¿qué hay por la izquierda? ¿Cuántos años van haciendo la misma vaina, cabrones? ¿Qué coño hay por la izquierda? !por la izquierda no me sirve! ¡Deja por la izquierda a las maricas, a las mujeres ! ¡Porque en esta vaina la izquierda no sirve pa´un coño sino para hacer chiripas de cucarachas! ¡Por la izquierda se me hinchan las pelotas! Tú no puedes darte el lujo de las maricas y las mujeres.
NELLY.- Yo soy una mujer.
DIRECTOR.- ¡Tú eres una actriz... no una mujer! ¿Entiendes lo que eso significa? Una mujer es una insignificante cualquiera. Y tu puedes ser cualquiera de ellas, cualquiera, la que se te antoje, un millón más y ser tu...Por eso estas maldita por la naturaleza. Por eso nadie te entiende cuando eres tu misma y te desprecian cuando te descubren, pero todos te aman cuando eres cualquiera de ellas, de las otras, todas al mismo tiempo si te da la gana. No eres una mujer. Eres una actriz. Eso creo... ¿O me equivoco?
NELLY.- No señor
DIRECTOR.- Entonces, por qué coño coges por la izquierda cuando te explique en el trabajo de mesa por qué debe irse por la derecha... ¿O es que el trabajo de mesa no sirvió... ?
NELLY.- Si sirvió, señor.
DIRECTOR.-... O tú te lo tomaste como una mamarrachada. ¡Es insólito¡ Búscame otra manzanilla, por favor.
NELLY.- Yo quería enseñarte cómo se veía...
DIRECTOR.- ¡Ah, querías ser creativa! ¡La niña quería mostrarme su inventiva, su poesía...! Y por eso tenía que cagarse en toda mi invención, que si es un proceso creativo. Inventar una puesta es una vaina muy arrecha, ¿sabes? ¿me querías sabotear?
NELLY.- No señor, de ninguna manera.
DIRECTOR.- Cómo “ no señor” mientras yo estoy inventando la escena más importante del teatro mundial, con parámetros nunca establecidos con anterioridad, tú te cagas en mi alma y me saboteas mi proceso creador por querer enseñarme una cosa. ¡La cosa tuya la conocemos todos muy bien... ¡ ¡Me cago y me meo en la madre que me parió ¡ ¡¿Cuándo van a inventar máquinas computadoras, humanoides para que actúen?! Y no tener que enfrentarnos con esa raza marcada... Los directores de teatro somos unos infelices, unos tarados, ¡que ni aunque Cabrunas anuncie que vamos a desaparecer a final del siglo, nunca lo haremos, porque somos los único tarados capaces de trabajar con estos seres malditos que son los actores!... Capaces de cualquier cosa para justificarse... Y no entienden jamás lo agradecidos que deben estar con nosotros que somos los cabrones que estamos afuera tratando de que vean “bonitos” para que el público los quieran, los admiren y los aplaudan al final. Parece inútil, y uno siempre va a ser el monstruo que quiere hacerles daños ¡Cabrones! ¡Son todos unos cabrones! Por eso entiendo a mis compañeros free lance, o a los que están trabajando en la televisión... y siento a veces que me están metiendo el palo por el culo, porque yo decidí el escenario y no las cámaras... ni las vicepresidencias de dramáticos…
ALGUIEN LE HACE SEÑAS DESDE UN LATERAL DEL ESCENARIO.
DIRECTOR.- ¿ Qué quieres?
WILSON.- Perdona te llama...( HACE UN GESTO )
Director.- ¿Le preguntaste qué quiere ?
WILSON.- Parece que es sobre el protocolo de la premiación del jueves.
DIRECTOR.- ¿Y qué quiere que yo haga ?
WILSON.- Quiere hablar contigo para decidir sobre el discurso de orden y... tú sabes.
DIRECTOR.- Él es el político, yo no...
WILSON.- Si tú lo dices...Pero con nuestros intereses por el Ministerio es necesario que tú hagas algunas concesiones, capo... acuérdate que necesitamos que nos apoyen, no que nos den la espalda.
DIRECTOR.- (AL ASISTENTE) Archi, sigue con el ensayo.
EL DIRECTOR SE DISPONIA A SALIR Y NELLY LO LLAMA ANGUSTIADA.
NELLY.- Marlo...
DIRECTOR.- ¿Qué quiere...?
NELLY.- Perdóname...
DIRECTOR.- Esa manía que tienen en este país de pedir perdón por las equivocaciones no la voy a entender jamás... No es perdón lo que tienes que pedir. Yo no soy Dios, ni San judas Tadeo, ni Santa Teresita... Yo soy un artista... el más arrecho de este país y de este continente... El único... colabora con mi creación. No me la entorpezcas. Haz tu trabajo como yo lo necesito y no tengamos problemas... (A TODOS) Pero al que joda... y esto no te lo digo a ti solamente, sino a todos... al que se le atreva joderme el trabajo, lo voy a fulminar de la escena de este país para siempre... Aunque tenga que asesinarlo con mis propias manos... así que si por casualidad, alguien lo está pensando, lo mejor es que se vaya yendo antes que le desgracie la vida para siempre (PAUSA) ¡Archi, sigue!
COMIENZA A HACER MUTIS CON TODA SU CORTE DE ADULADORES.
ARCHI.- Señor.
DIRECTOR.- ¿Si ?
ARCHI.- Te parece si revisamos el baile anterior de esta escena.
DIRECTOR.- Mejor. Perfecto. Continúa. Yo vuelvo en siete minutos. (HACE MUTIS)
ARCHI.- Nancy
NANCY.- (EN TRAJE DE BAILARINA) ¿Sí?
ARCHI.- (AL DIRECTOR MUSICAL) Eduardo, ¿sabes dónde...?
EDUARDO.- Sí.
ARCHI.- Los actores que no estén el la coreografía tienen 5 minutos libres.
PEDRO.- ¿Quién me presta quinientos bolos para desayunar?
ARCHI.- Son cinco minutos, no dos años. Quien no este aquí cuando regrese Marlo se le va a descontar la mañana de ensayo y me voy a encargar personalmente que no esté en la pieza.
COMIENZA EL TRABAJO COREOGRAFICO CORESPONDIENTE ALA ESCENA. AL FINAL QUEDA LA SALA VACIA.
JAVIER.- (GRANDILOCUENTE) Las langostas... esos saltamontes grandotes que se comen todo a su paso, con una furia demoníaca... que se complacen al hacerle mal a los otros, que no dejan nada para las otras especies por un derecho divino y que son capaces de difundir la hambruna... como la que ha quedado en estos últimos años entre nosotros... y hasta alimentarse de ellos mismos... como si todo lo que se moviera y tuviera vitalidad fuera carnada para saciar sus deseos... ¿Los artistas son realmente insectos...? ¿o son otra cosa que vemos repetida en la naturaleza humana, a pesar de intentar ser racionales...? He visto a esos insectos hacerse daño entre ellos... abandonar a los más débiles y aniquilar a los más poderosos para quedarse con sus fuerzas... ¿Habré sido yo también una langosta alguna vez?
ARTICULACIÓN.
II
EL ESPACIO VACÍO ES INVADIDO DE PRONTO POR EL DIRECTOR Y SUS ADULADORES, ENTRE LOS QUE SE CUENTA EL ACTOR QUE INTERPRETA A CALÍGULA, EL DRAMATURGO, ENRIQUE, QUE SE SIENTA ENTRE LAS BUTACAS A AJUSTAR ALGUNOS APUNTES, EL JOVEN NUEVO QUE LE SIRVE EL TE Y ARCHI QUIEN SE LE APROXIMA DEL OTRO LADO DE LA ESCENA Y LE DICE CEREMONIOSAMENTE ALGO EN EL OÍDO AL DIRECTOR. ESTE SE ENFURECE DE PRONTO. ARCHI DA UNA PALMADA Y HACE QUE LOS OTROS ADULADORES SE ALEJEN. SOLO SE QUEDA CALÍGULA, A QUIEN MARLO ACARICIA COMO UN GATO CONSENTIDO Y EL DRAMATURGO PERMANECE ENTRE AL PÚBLICO.

MARLO.- ¡¿Quién te lo dijo?
ARCHI.- Todos los que asistieron al “acontecimiento”.
MARLO.- ¿Anteayer...?
ARCHI.- Anteayer...
MARLO.- ¿Estás seguro...?
ARCHI.- Seguro...
MARLO.- (RUMIANDO) Se casaron anteayer...
ARCHI.- Se casaron anteayer...
MARLO.- En contra de mi voluntad...
ARCHI.- Así es...
MARLO.- Yo les tenía algo preparado, pero los muy hijos de puta se me adelantaron. Pero ahora va a ser peor. Josué es mío... ¡Mío! Y quien se atreva a interponerse entre mis amantes y yo está muerto... aunque mis amores salgan también perjudicados... Justifiquemos los asesinatos... ¿verdad, Calígula...?
CALÍGULA.- Por eso me encantas, Capo...
MARLO.- Primero: Que me busquen a Daniel y a María... ¿Dónde está Javier...?
ARCHI LE INDICA EL LUGAR EN EL QUE ESTÁ SENTADO Y ABSTRAÍDO EN SUS PAPELES, EL DRAMATURGO.
MARLO.- Segundo: búsquenme a Josué y a Astrid... (AL ACTOR QUE INTERPRETA CALÍGULA) ¿Recuerdas lo que hablamos sobre Josué y Astrid..?
CALÍGULA.- ¿Sobre la historia...?
MARLO.- Sobre los datos biográficos de Calígula...
CALÍGULA.- Perfectamente.
MARLO.- Vete a arreglar para la escena y prepara a “cómo se llame”... el que me trae el té.
ARCHI.- El nuevo...
MARLO.- Ese.
ARCHI.- Juan Carlos...
MARLO.- Que se prepare para que diga lo que diría el Joven Militar...
CALÍGULA.- (MALÉVOLO) Yo me encargo personalmente que se lo aprenda...
MARLO.- Pero no me lo fatigues mucho que esta noche tengo planes para él.
CALÍGULA.- Lo que usted mande, señor Director...
MARLO.- Me gusta...
CALÍGULA.- Bonito...
MARLO.- Que Wilson llame al Mecenas y si pueden inviten al mismo Presidente de la República al ensayo privado que tendremos mañana en la noche. Archi... y que me traigan el anillo.
ARCHI.- ¿El de la familia...?
MARLO.- El de mi familia. No puedo celebrar un matrimonio sin el anillo de mi familia. Mucho menos si es el matrimonio de uno de mis amantes. Javier... acércate...
EL DRAMATURGO SE ACERCA.
MARLO.- ¿Qué has hecho con la escena que te pedí?
JAVIER.- Aquí está...
MARLO.- Ven, vamos a explicarte cómo vamos a reformular una escena...
EL DIRECTOR LE PASA EL BRAZO AL DRAMATURGO Y SE LO LLEVA CAMINANDO DE ESPALDAS AL PÚBLICO. SE ESCUCHAN ALGUNOS TRUENOS. UN SONIDO DE VELOCIDAD ACELERADA QUE DA LA IMPRESIÓN DE ELIPSE. CAMPANAS. AL VOLTEARSE ES LA HORA DEL ENSAYO. HA LLEGADO EL MECENAS CON EL PRESIDENTE Y SUS RESPECTIVOS ADULADORES QUE OBSERVAMOS DESDE EL BALCÓN PRESIDENCIAL.
MARLO.- Señor Presidente. Señor Mecenas. Es un honor que hayan aceptado acompañarnos en el nimio ensayo en el que, como creador e investigador, voy a intentar explicarle a mi elenco… y a nuestro mundo cultural, una metodología nueva para mi proceso creativo. Inspirada, por supuesto, en los trabajos de Stanislavski, Grotovski, Craig y Chroneck, entre muchísimos otros. Para esto me he llevado mucho más de dos décadas de observación, ensayo y error, para así intentar que los actores lleguen a la interpretación de los personajes, a partir de la absoluta invasión de la psiquis y el Eros del actor-intérprete, vulnerando su yo, modificando de tal manera que el actor, a través del miedo, está en condición de sujetarse al texto aprendido y corporice al personaje como si fuera su verdadero yo, para responder a los estímulos del exterior “casi” en estado inconsciente. Recordemos que su machine está formado, básicamente así: por la boca del actor surgen las palabras que escribió el dramaturgo, que deben estar en su memoria... y que han debido ser previamente discutidas en el trabajo de mesa; el cuerpo se desplaza en una planta acordada con el director, con un margen de error prudente, dependiendo de los estímulos exteriores que pueden llamarse réplicas, interioridad propia y/o ajena y modificaciones de desplazamiento tanto actoral como escenográfico y/o de los articuladores entre escenas, cuadros o partes, que en la acción humana, artística o técnica, pudieran variar el ritmo... y finalmente un porcentaje de azar. Aún no me he detenido a pensar cuanto tiempo podría llevarme un montaje con este proceso, pero quisiera ejemplificar, si se me permite, con una escena que me agradaría incorporar al texto que ensayamos para estrenar en la celebración de nuestro XX aniversario. Como podemos observar (EL ESCENARIO SE MODIFICA Y DESCUBRIMOS A DANIEL CON JOSUÉ Y A MARÍA CON ASTID) Nuestros actores Daniel y María, tienen como tarea motivar sexualmente a dos de nuestros más brillantes participantes nuevos, con caricias y besos, provocando la ansiedad y enajenándolos al acumular una gran cantidad de deseo, de lujuria sin satisfacer, que los mantiene furiosos anta la imposibilidad de conseguir la culminación del placer. Porque Daniel no va a poseer, ni a dejarse poseer por Josué y María lo va a hacer con Astrid... Sólo van a mantenerlos “calientes”, pero temerosos de ser echados del grupo. Archi, ilumina un poco más el lugar donde se encuentran las parejas y prepara todo para iniciar para nosotros la escena.
SE ILUMINA MEJOR LA ESCENA PLENA DE LUJURIA. TODO EL ELENCO, EN ABSOLUTO SILENCIO, SE PREPARA PARA INICIAR EL ENSAYO.
ARCHI.- ¡Silencio... va a comenzar el ensayo!
CALÍGULA SE DESPIDE DE CESONIA EN LA PUERTA DE LA HABITACIÓN DE ÈSTA. ENTRA EL JOVEN SOLDADO, INTERPRETADO POR JUAN CARLOS, EL DEL TÉ.
SOLDADO.- Amado, César.
CALÍGULA.- (TOMÁNDOLO DEL ROSTRO) Amado mío.
SOLDADO.- Se te aguarda en la celebración de la boda de tu Joven guardia.
CALÍGULA.- ¿Su boda?
SOLDADO.- Concediste que se efectuara al ocaso...
CALÍGULA.- Su boda ¿Yo concedí...?
SOLDADO.- Así es, Calígula César.
CALÍGULA.- ¿Quién los ha dicho?
SOLDADO.- Yo presencié la petición y la respuesta...
CALÍGULA.- ... de mi boca.
SOLDADO.- Las palabras brotaron de tus labios cálidos, afectuosos, conmovidos por la petición de tu Joven Guardia.
CALÍGULA.- Las palabras... ¿para qué sirven...? Nunca dicen la verdad.
SOLDADO.- Oh, César, lo siento... yo creí... Es decir... te veías tan...
CALÍGULA.- No importa... ven acá (LO BESA EN LOS LABIOS) Tráeme a la pareja. Solos. Quiero brindarles mi regalo de bodas, aunque se hayan casado en contra de mi voluntad.
CESONIA.- ¿Habrá muerte...?
CALÍGULA.- (AFIRMANDO) El amor.
SE VA EL SOLDADO.
CALÍGULA.- Eso no se hace... Yo le ofrecí la luz de la Luna, con la única condición de que no me abandonara... y lo hizo... a ella la dejo para mis perros guardianes... Él no va a dejar de ser mío... La traición es la más alta de las expresiones humanas... y por ella se paga con lo que más duele... La traición es lo más puro del hombre... forma parte de su naturaleza, por eso puedo sentir amor por él... ¿Qué te gustaría que pasara?
CESONIA.- Que me dejaras ver lo que vas a hacer.
CALÍGULA.- Concedido... ¿Qué voy a hacer?
CESONIA.- Tú sabes perfectamente lo que quieres hacer. Regocíjate por el himeneo, César.
CALÍGULA.- Regocijarme. Cierto. La amargura ni la rabia sirven en estas ocasiones, sino para recordar que sufrimos y eso lo hace el vulgo todo el tiempo.
DANIEL Y MARÍA ABANDONAN A JOSUÉ Y A ASTRID FRENTE A CALÍGULA. LLEGA UN SÉQUITO CON SOLDADOS Y MÚSICOS. EL SOLDADO QUE HABLO CON CALÍGULA, PASA ENTRE LOS DOS JÓVENES Y LOS TRES LLEGAN HASTA CALÍGULA. LA MÚSICA CESA CON UN GESTO AGRESIVO DE CALÍGULA.
SOLDADO.- Calígula César, ante ti la joven pareja de recién casados.
MÚSICA. LOS JÓVENES SE ACERCAN Y SE INCLINAN ANTE CALÍGULA. ESTE SE APROXIMA A ASTRID. LE LEVANTA EL ROSTRO Y LA BESA PROFUNDAMENTE EN LA BOCA, MIENTRAS ACARICIA SUS SENOS. JOSUE QUIERE DETENERLO PERO NADIE PROTESTA, ENTONCES CALÍGULA BUSCA ENTRE LOS PRESENTES ALGUNA EXPRESIÓN DE DESAGRADO.
CALÍGULA.- Bien... Muy bien...
CALÍGULA SE DIRIGE HASTA JOSUÉ. LE MIRA SONREÍDO. LE TOMA SUAVEMENTE EL ROSTRO. LE MIRA DULCEMENTE Y CUANDO VA A BESARLO, EL JOVEN GUARDIA LO RECHAZA CON TACTO. ENTONCES CALÍGULA LO LEVANTA Y LO BESA A LA FUERZA. LO TIRA AL PISO Y LE HABLA A LOS PRESENTES.
CALÍGULA.- La celebración pública ha finalizado. Calígula César quiere conversar a solas con los recién casados, para desearles sincera armonía, amor, larga vida, a solas. ¡Fuera!
SE VAN TODOS, MENOS LOS MÚSICOS Y CESONIA. LOS RECIEN CASADOS SE LEVANTAN Y SE TOMAN DE LAS MANOS. CESONIA SE COLOCA UNA MÁSCARA PARA FINGIR QUE SE OCULTA.
CALÍGULA.- Quítense las ropas. Quiero ver el futuro de las razas que yace en ustedes... son tan hermosos y tan jóvenes... Quiero presenciar el rito de iniciación de la pareja que más amo… Vamos, vamos... Desnúdense... No se deben resistir a las peticiones de su Divino Emperador.
ASTRID.- (RESISTIÉNDOSE) Tirano...
CALÍGULA.- Eres muy brillante... si te hubieras resistido en público, hubiera tenido que darte la muerte como castigo... pero eres tan brillante, que a veces me asombro de que no seas hombre... Qué lástima que eres sólo una insignificante mujer...
JOSUÉ.- (ROGANDO) César, hazme cualquier cosa a mí, pero no dañes a mi mujer.
CALÍGULA.- (A JOSUÉ) ¡Qué hermoso! El macho defendiendo a su hembra... Sólo falta la Luna… Todos los dioses están presentes Y Cupido me ha flechado... Pieles... cuerpos perfectos... dignos de mi Imperio... (LASCIVO) Me siento... orgulloso. De esto hay que dejar constancia... ¡Mi anillo...!
CESONIA LLEGA HASTA DONDE SE ENCUANTRA MARLO, ÉSTE LE DA EL ANILLO DE SU FAMILIA Y ELLAS SE LO DA A CALÍGULA.
CALÍGULA.- Yo haré de la Luna y me dejaran mirar, mientras se entregan en este nido que he preparado especialmente para ustedes...
CALÍGULA DA UNA PALMADA Y EL ESCENARIO SE TRANSFORMA ANTE NUESTROS OJOS. CESONIA/ NELLY SE OCULTA NUEVAMENTE DETRÁS DE LA MÁSCARA.
CALÍGULA.- Como en el teatro... Lo único real es que ustedes consumarán el acto ante mis ojos y yo dejaré constancia de haberlo presenciado, para que las futuras generaciones me recuerden.
BESA PROFUNDAMENTE A LA NOVIA Y LA ACARICIA. LA MÚSICA SUBE. BESA PROFUNDAMENTE AL NOVIO Y REGRESA CON LA NOVIA. CUANDO JOSUÉ INTENTA SEPARARLO DE LA MUJER. LOS TOMA A LOS DOS Y LOS OBLIGA A TENER SEXO, MIENTRAS QUE DE UN MODO GROTESCO LES VA INTRODUCIENDO LOS ANILLOS POR LOS AGUJEROS DE SUS HUMANIDADES Y AL LUGAR DE LA UNIÓN DEL SEXO MASCULINO CON EL FEMENINO Y ESTO PARECE ENTUSIASMAR A LA PAREJA.
CALÍGULA.- (REITERADO EN LA ACCIÓN DE IMPRIMIR LA MARCA DEL ANILLO SOBRE LOS AMANTES) En nombre de Calígula César...
OSCURO. CENITAL SOBRE MARLO.
MECENAS.- Hermoso... Trágico, fatalista, pero hermoso... Algunos llegarán a decir que esto es excesivo y hasta asqueroso, pero no podrán negar la hermosura. El placer total ante los ojos de los espectadores. La poetización del hiperrealismo... ¿Se podrá repetir cada noche en una temporada larga?
MARLO.- Por supuesto, señor.
PRESIDENTE.- Podría convertirse en un escándalo...
MARLO.- Podría...
MECENAS.- Con el debido respeto, pero para qué sirve el teatro si no genera controversia
PRESIDENTE.- ¿Qué haremos entonces...? Digo: si se desata un mar de chismes... este un país que le tiene mucho miedo al qué dirán... y todos son unos hipócritas...
MARLO.- Hablaremos de la estética...
PRESIDENTE.- ¿Será suficiente?
MARLO.- No, pero lo convertirá en un éxito...
PRESIDENTE.- Si usted lo dice...
MARLO.- Si usted me lo permite, Presidente, lo sé... y ese conocimiento me pone en ventaja, porque es el mejor regalo para la inseguridad de un creador...
MECENAS.- Es muy interesante el procedimiento, Marlo... ¿Tú crees que podríamos utilizar la misma técnica para que brinden el resultado esperado en el departamento industrial, por ejemplo?
MARLO.- El exacto conocimiento de las inclinaciones sexuales de sus empleados debe ser el primer paso, señor... Eso es lo más delicado...
MECENAS.- Eso no es demasiado difícil... Hay cosa que uno adivina por encima de la ropa de los empleados...
MARLO.- No es evidente, pero lo sé, señor... conozco a la mayoría de sus empleados...
PRESIDENTE.- Entonces te tendrás que venir a trabajar también conmigo al Ministerio de la Secretaria de la Presidencia.
MARLO.- Si usted me lo permite, señor Presidente, el Ministerio de la Cultura, si se separa del de Educación y Deporte, podría parecerme mucho más interesante... y va a ser el único modo en el que el arte de este siglo abandone la miseria tercermundista...
PRESIDENTE.- ¿Vendrá usted personalmente al ministerio?
MARLO.- Eso no, señor. Es muy prematuro. Pero, si usted lo permite, puedo enviar a algunos de mis muchachos, a los que usted emplearía por tres sueldos mínimos... algo insignificante... No puedo dejar este edificio... se derrumbaría o se convertiría en un centro de administración, olvidarían su verdadera razón y tarde o temprano se vendría abajo... Las ratas que manejo, comenzarían a roer las bases, mientras se baten para demostrar cuál es la que tiene más poder y es mi sucesora…Créame, hasta cambiarían el arte por unos cuantos billetes sucios con olor a cerveza rancia. Por eso prefiero que, por el momento sean mis emisarios, los que vayan a iniciar la puesta en marcha de nuestro proyecto exclusivamente para usted. Le prometo que serán los distintivos y los que poseen mi total confianza.
PRESIDENTE.- Bien...
CEREMONIOSAMENTE EL PRESIDENTE SE RETIRA. EL MECENAS LE HACE SEÑAS CON LAS CEJAS Y MARLO ENTIENDE.
MARLO.- Archi... ¿Ya está listo lo que te encomendé?
ARCHI.- Sí, señor... (HACIA UNA DE LAS PATAS DEL ESCENARIO) Pasa.
ENTRA JUAN CARLOS. EL MUCHACHO DEL TÉ. VESTIDO CON FLUX Y CORBATA. MUY A LA MODA… EL TRAJE DENOTA SU SENSUALIDAD Y SU VOLUPTUOSIDAD.
MARLO.- Mecenas, él es Juan Carlitos. Es un gran anfitrión. Estoy seguro que le hará pasar una gran velada. Es un joven actor de nuestra compañía, como ha visto... Espero que la pasen muy bien.
JUAN CARLOS.- Yo también... y haré todo por eso
MECENAS.- ¡Que así sea! (A JUAN CARLOS) Te espero en el carro…
SALE EL MECENAS. MARLO RETIENE A JUAN CARLOS ANTES DE QUE PARTA.
MARLO.- Háblale de tus planes y no me traiciones... no soporto los traidores... y te la podrías ver bien feo...
JUAN CARLOS.- No te preocupes, no voy a defraudarte... A lo mejor y hasta llego a tener tanto poder que podré ayudarte en lo que deseas...
JUAN CARLOS HACE MUTIS.
MARLO.- (LLAMANDO) Wilson. Reunión extraordinaria de Junta Directiva...
WILSON.- ¿Ya?
MARLO.- En cinco minutos... (COMIENZA A HACER MUTIS)
DELFINO.- (ACERCÁNDOSE A WILSON / APARTE) Ya encontré un modo para deshacerme de los jóvenes Directores... antes de que se conviertan en una amenaza para nosotros...
SE ESCUCHA UN GRITO DESGARRADO.
NORMA.- (OFF) ¡No es justo!
MARLO.- (DETENIENDO EL MUTIS) ¡¿Qué pasa?!
ENTRA LA BEDEL.
NORMA.- (LLORIQUEANDO) ¡Ya no sé qué voy a hacer! ¡No es mi culpa...! Pero la voy a cazar y a la que lo hizo hay que cortarle la cabeza. Execrarlo del teatro para siempre...
MARLO.- ¡¿Qué hicieron, Norma...?!
NORMA.- ¡¡Se volvieron a robar el papel toilet...!! Yo pongo un rollo por poceta en todo el edificio. A cada departamento le dejo un rollo, por si acaso... y una degenerada... una sinvergüenza, parece que me siguiera por todo el teatro y mientras yo cargo con una burra con la paca completa, dejando un rollito aquí y otro allá, ella lo va retirando... y digo ella, porque tiene que ser una mujer... Estoy casi segura… Yo leí en una encuesta que una mujer usa 10 veces más papel sanitario que un hombre... Es una chicharra... Una meona y cagona profesional... Hay que revisar todos los bolsos, morrales y carteras. Los bolsillos de los actores y los técnicos. Poner un vigilante en cada baño del edificio. Contratar un investigador privado para conocer quién es la ladrona del papel toilet... Para que se haga público, para que se publique en Ultimas Noticias, el 2001 y El Nacional. Para que no la contrate más nadie por “roba papel toilet”... por estafadores por los culos del teatro nacional... Porque nadie puede crear con “el que te conté” sucio. Y no es culpa mía. Todo el mundo sabe que yo los pongos... Los pongo en la mañanita, para que lo use quien lo necesite y ¡Zuas...! Cuando regreso me entero... Yo vuelvo a los baños haciéndome la gafa... tratando de olvidarme de lo que pasó ayer, anteayer, antes de antier, el año pasado... hace cinco años... Miro de laíto deseando que ese día no, pero nada... ¡Se volvieron a robar el papel toilet! Ojala que a la que se lo roba, le dé una diarrea tan arrecha que tenga que gastar en papel toilet, todo lo que se ha robado.
OSCURO
MUSICA ARTICULADORA.
III

DESPACHO DE UN DISTINGUIDO POLÍTICO.
POLÍTICO 1.- Se nos está volviendo un problema el hombre...
POLÍTICO 2.- Sí; y cada quien debe encargarse de su negocio: los políticos a la política y los cirqueros al circo... No entiendo cómo han permitido que un payaso como ése ponga sus ojos y sus manos en cosas que sólo nos concierne a los que hemos militados y entendemos las cosas del Estado. Un artista nunca será un buen político.
POLÍTICO 1.- No es un artista , es un arribista...
POLÍTICO 2.- Lo mejor es que se cree inteligente y más astutos que nosotros... Estoy seguro que piensa que no nos hemos dado cuenta de sus intenciones.
POLÍTICO 1.- Está acostumbrado a trabajar con vagos, Imbéciles que se creen poetas, o maricas solitarias e insatisfechas, que hacen lo que les ordena porque no tiene a dónde ir. Son ratas de cloaca, como el mismo asegura durante sus ensayos... una caterva de verdad... Los últimos románticos extraviados de nuestra historia.
POLÍTICO 2.- Lo peor es que le ha hecho creer que somos el premio... que al obtener el lugar que nos corresponden ellos volverán a ser protagonistas de los libros de historia...
POLÍTICO 1.- No importa... Ya con la Ministra de Infraestructura iniciamos el plan para quitarlo del medio... a él y a todo su equipo. Voy a explicarte, para que te calmes y puedas sonreírle con simpatía cuando nos reunamos...
POLÍTICO 2.- Sí, explícame... porque yo soy del criterio de erradicarlo del panorama nacional y creo que Asfixiarlo sin recursos económicos es el primer paso...
POLÍTICO 1.- Nada de eso... Todos los sectores se darían cuenta y se produciría una explosión que nos cobrará la historia en cualquier momento... Nosotros descubrimos un método que a no muy largo plazo nos brindará resultados contundentes, impostergables, capaz de anular a cualquiera e imposibilitar la actuación del señor Mecenas... ya no los puede defender... y si no se cuida... él mismo caerá en el mismo hueco de su consentido... Es una enfermedad que está en boga y que no tiene cura... y cuya poceta es Nueva York...
POLÍTICO 2.- Por eso los ayudaste con tanto ahínco para que fueran con su último espectáculo a representar al país..
POLÍTICO 1.- ¡Cómo me conoces!
POLÍTICO 2.- ¿Y hay riesgos...?
POLÍTICO 1.- Los habituales... ah y que la enfermedad se difunda como la pólvora... porque se contagia por medios sexuales y es bien sabido que todo el elenco es bien promiscuo... No queremos otro Vargas en el mando de ningún ministerio y menos en el de la cultura... porque empezará a empujar al país con ideas sobre lo que debemos ser y estropeará lo que somos en realidad... ellos trabajan con demasiado descuido y sin pudores con filosofías muy peligrosas... y con todo lo que ha comenzado a ocurrir en la casa, no estamos en condiciones de cometer una sola equivocación más... Ya botaron al expresidente Caldera de su partido, y el anciano, enfermo de soberbia, juró que iba a acabar con todos... Tenemos que ponernos a buen resguardo porque va a hacer todo lo que pueda para acabar con esto que llamamos país… Él cree que no lo sabemos, pero todos saben que en lo que vuelva al poder, él va derechito a soltar al militarcito para que acabe con la partidocracia nacional... enfrente al país y cree la temida guerrilla urbana... (MIRA EL RELOJ)
POLÍTICO 2.- ¿Quieres que me vaya?
POLÍTICO 1.- No, niño... Quédate para que presencies algo en lo que estoy trabajando ya, contra el aspirante a Ministro de la cultura... Eso sí... silence... (POR EL INTERCOMUNICADOR) Rosario, haga pasar al joven...
ENTRA UN MUCHACHO MUY BUENMOZO, CON RASGOS DE BELLEZA CLÁSICA. ES EL JULIO CESAR, EL MISMO QUE LE SERVÍA TÉ A MARLO.
JULIO CÉSAR.- Permiso.
POLÍTICO 1.- Pase adelante, amigo... (SE DAN LA MANO) Diputado Le presento a Julio César Masón
POLÍTICO 2.- (ESTENDIÉNDOLE LA MANO Y ESTRECHÁNDOSELA) Mucho gusto.
JULIO CÉSAR.- Encantado...
POLÍTICO 1.- Nuestro amigo ha colaborado tenazmente con nuestro Ministerio, otorgándonos, de forma desinteresada toda la información que hemos solicitado, sobre el funcionamiento de Errejota, una de las más grandes instituciones culturales del país, para el compendio del Ministerio de Seguridad y la Chancillería. Como premio, lo hemos colocado como asistente de nuestro agregado cultural de Venezuela en Italia.
POLÍTICO 2.- Felicitaciones... Ha debido ser un gran trabajo...
JULIO CÉSAR.- Gracias... Venía a agradecer lo que ha hecho por mí y a despedirme porque mañana salgo a España, a la casa de Coterillo... y de allí me voy en tren hasta Italia, parea aprovechar y conocer un poco más del viejo mundo.
POLÍTICO 1.- No me queda más que volverte a felicitar y a recordarte que puedes contar conmigo para lo que sea... Yo voy a estar aquí en el país, siempre...
JULIO CÉSAR.- No me cabe duda... Entonces no le quito más tiempo... (EXTENDIENDO LA MANO EN SEÑAL DE DESPEDIDA) Hasta pronto.
POLÍTICO 2.- Mucha suerte.
JULIO CÉSAR.- Permiso.
POLÍTICO 1.- Vete con Dios, muchacho...
EL JOVEN SE RETIRA.
POLÍTICO 1.- Ese niño era uno de los efebos de nuestro personaje...
POLÍTICO 2.- ¿Y?
POLÍTICO 1.- Aunque no se le nota, está muy enfermo… de lo que te conté... Fue uno de los primeros que estuvo en los cuarto oscuros de Nueva York, durante la temporada que le conseguimos... y estuvo revolcándose con gente que ni vio y...
POLÍTICO 2.- ¿Y qué con eso?
POLÍTICO 1.- Recuerde que la peste se contagia por el sexo y no tiene cura... y si como usted dice, era el efebo de preferido en la cama de nuestro proyecto de ministro de la cultura, entonces la peste ronda por esa casa... y cuando se manifieste ya no habrá más de qué preocuparse...
POLÍTICO 2.- Creo que hasta lo lamento de verdad... porque es un artista, un líder... el rey, para quienes lo rodean.
POLÍTICO 1.- Sí, en la casa del ciego, el tuerto es rey... Pero a este tuerto se lo va a llevar Mandinga por las pestañas del único ojo que tiene sano.
RISA CÓMPLICE.
ARTICULACIÓN.
IV
EL DRAMATURGO EN LA PARTE MAS ALTA. MÚSICA ATORMENTADA. ÉSTE BEBE Y MIRA DESDEÑOSAMENTE EL INFINITO. ARCHI FUMA DESPREOCUPADAMENTE ABAJO EN UNA BUTACA DEL TEATRO. UNA MARÍA, JAVIER Y JORGE SE RÍEN DE ALGUN CHISTE QUE HACEN SOBRE EL DRAMATURGO. MARLO VIENE DISCUTIENDO CON JOSUÉ Y LOS ACTORES SE VAN.

MARLO.- Yo te lo advertí
JOSUÉ.- Pero tú no me puedes hacer esto...
MARLO.- Este es mi grupo y al que no le guste mi manera de trabajar que se vaya, que en la puerta hay mínimo ochenta personas esperando para que yo las invite a vivir una experiencia conmigo... y sin cobrarme... porque... ¿quién eres tú si no trabajas conmigo?
JOSUÉ.- Un actor...
MARLO.- Dile eso a otro director... no a mí...
JOSUÉ.- Estoy recién casado, señor director...
MARLO.- Y yo te advertí que no lo hicieras.
JOSUÉ.- Es mi vida...
MARLO.- Dejó de ser tuya hace mucho tiempo ¿o lo olvidaste? Porque te recuerdo aquí mismo cómo me besabas y cómo me dejaste el...
JOSUÉ.- No puedes hacerlo esto a ella...
MARLO.- Ella quiere ser actriz..
JOSUÉ.- Y es mi esposa también.
MARLO.- ¿Y qué...? Las actrices nunca son esposas, son actrices… ¿Qué significan ellas para nosotros?
JOSUÉ.- Para mí significa mucho
MARLO.- ¿Pero en un rancho…?
JOSUÉ.- ¿Qué sabes tú de ranchos...? Si eres un cobarde que has decidido la seguridad de la frivolidad contestataria de los seudo intelectuales trasnochados... mantenerte al margen y no tener qué complicarte mucho con los ranchos que tenemos cada uno en la conciencia...
MARLO.- Vivir en rancho hace a los artistas miserables...
JOSUÉ.- Hay muchas maneras de vivir en un rancho... y muchas para ser miserables... yo la quiero y ella me quiere...
MARLO.- Eso se cambia... o puede cambiarse
JOSUÉ.- ¿Quién lo dice...?
MARL0.- El tiempo. La Luna... Los escritos que nos han dejado como constancia estos últimos observadores de la cultura... Los escritores...
JOSUÉ.- Es mi esposa.
MARLO.- ¿Y yo?
JOSUÉ.- El hombre que me dirige... el que me guía en el espacio escénico... al que me le entrego como artista... con el que comparto la estética...
MARLO.-¿Y entonces..?
JOSUÉ.- Entiende una cosa: lo que pasó entre tú y yo... fue... Quería que poseyeras al personaje de todas las maneras posibles... y pasó y ya....
MARLO.- ¿Qué pasó?
JOSUÉ.- Me sorprende que te niegues a entenderlo...
MARLO.- A mí me gustó.
JOSUÉ.- Pensé que olvidabas rápido
MARLO.- Nunca olvido lo que me gusta... lo demás lo desecho rápido...
JOSUÉ.- Lo he visto... Pero escucha: si alguno de los tuyos se atreve a hacerle daño a Astrid... digo, más del que ya le han intentado hacer... no respondo...
MARLO.- ¿Es una advertencia...?
JOSUÉ.- Es una advertencia... Quiero que mi matrimonio, fundado en un rancho, porque la cultura no permite una vida digna, quiero que llegue a la mansión que tengo prevista... y si no llegamos por alguna causa que no sea ajena a tu voluntad, nos vamos a ver... Así que deja de inventar métodos de dirección en el cual nos tengamos que prestar a tus caprichos y aberraciones...
MARLO.- ¡Soy un creador...! ¡Nadie hace, ni hará jamás en esta mierda lo que yo hago...!
JOSUÉ.- Entonces búscate a dos o más dispuestos a dejarse cualquier cosa con tal de estar contigo... Y déjame disfrutar mis primeros días en el rancho y más adelante... a lo mejor... dejo que me hables de otra cosa... pero voy a intentar la mansión primero
MARLO.- A lo mejor es un poco tarde.
JOSUÉ.- Es mi riesgo...
MARLO.- ¿Y si no me da la gana...?
JOSUÉ.- Yo sé que si te va a dar la gana... (LO ACARICIA) Yo lo sé... y tú también... ¿verdad?
MARLO.- Me arrecha que por una mujercita estés perdiendo la oportunidad...
JOSUÉ.- ¿La oportunidad de qué...? ¿de no estar en la publicación de tus memorias? ¿o en la de tu método de dirección?
JOSUÉ HACE MUTIS. EL DRAMATURGO QUE HA ESTADO ESCUCHANDO TODO EN LA OSCURIDAD DEL ANDAMIO MÁS ALTO, COMIENZA A REIRSE.
JAVIER.- Yo tampoco quiero estar ahí...
MARLO.- (SIN RECONOCER LA VOZ) ¡¿Quién está allá arriba?!
ARCHI.- (LLEGANDO) Javier se subió esta mañana con tres botellas de vino y no hay manera de hacerlo bajar...
MARLO.- ¿Cuándo se subió?
ARCHI.- Está ahí desde esta mañana...
MARLO.- ¿Por qué está así...?
ARCHI.- Dice que lo utilizaste para mitigar tu despecho por lo de Josué y Astrid...
MARLO.- ¡¿Eso dice?!
ARCHI.- Que menosprecias su trabajo. Que el verdadero gran artista es él y tú le coartas la creatividad. Que nadie lo respeta por tu culpa.
MARLO.- ¿Por qué...?
ARCHI.- Dice que siempre trastocas lo que él escribe, para hacerlo sentir inferior...
MARLO.- Si lo voy a dirigir yo, tengo derecho a trastocar lo que me dé la gana...
JAVIER.- Eso es mucho decir...
MARLO.- Lo que se ve en el escenario lo creo yo...
JAVIER.- A partir de mí...
MARLO.- Por que a mí me da la gana...
JAVIER.- O porque a mí me da la gana.
MARLO.- ¡Me cago en las tetas de la madre para que el niño chupe mierda! Si he cambiado algo de lo que tú has escrito ha sido bajo tu consentimiento.
JAVIER.- ¡Mentira! ¡Todo! ¡Me lo has cambiado todo! ¡Me has cambiado la vida! Y no bajo mi consentimiento, sino bajo la amenaza de tu productor y de tu asistente, de ser echado a la calle si no te gustaba lo que escribía o si no colaboraba contigo... ¡Colaboraba contigo...! y tú te aprovechabas de mi miedo al hambre... Tuve que tragarme tu paranoia y meterme la lengua en Dios sabe dónde, para no ser un elemento perturbador en tu creación... “Javier... un poquitín de fe y esperar la realidad o viceversa..” (TRATA DE BAILAR UN POCO DE TAP Y LA BORRACHERA SE HACE MÁS EVIDENTE) “Reír , cantar, bailar, es un símbolo de fe, o viceversa” (RÍE) ¿Tú sabes cuánto tiempo tenía que no bailaba? Yo se lo dije a mi hermana... que cuando te viera te iba a demostrar que todavía podía bailar y cantar. ¡Qué lástima que aquí los musicales no existan! ¡Ningún de los directores de este país ha montado un buen musical! ¡Uno cojonudo....! Y no es porque no existen los dramaturgos, como aseveran los criticuchos... sino porque ninguno ha tenido las suficientes bolas para hacerlo... ¡¿Si no hay aventureros, quién, con cinco dedos de frente, se va a lanzar a una nueva aventura que va a terminar en una gaveta de algún escritorio o algún baño de teatro? ¡Yo...! Aunque sea para guardarlas de recuerdo y regalársela alguna vez a alguien que me guste... para algo le tiene que gustar a uno la gente. “Un poquitíon de fe y esperar la realidad...” Yo he perdido la fe. La gente como tú me la ha hecho perder... Yo era demasiado iluso, ahora soy un imbécil...
MARLO.- Javier, bájate de ahí...
JAVIER.- No; estoy esperando la musa y a las tres hadas del cuento. Siempre son tres... Que vuelen y son brillantes como Campanita...
MARLO.- Javier, estás borracho y te puedes caer, bájate de ahí...
JAVIER.- Aquí me siento de altura...
MARLO.- Deja la estupidez.... Tú nunca podrás ser de altura.
JAVIER.- Como tú...
MARLO.- Sí, como yo....
JAVIER.- (HACE REFERENCIA A ARCHI) Y como él
MARLO.- Y como todos. Ninguno de aquí es de altura, ni porque su papá sea dueño de un Banco... Ese es el ideal de la gente clase media, de la gente normal... Tú eres un tipo muy arrecho parase un tipo de altura.
JAVIER.- (HACIENDO ACROBACIAS) Cuando yo era niño, odiaba el Sol.... ese Sol agobiante bajo el cual mi padre me llevaba a jugar, cuando tenía tiempo para mí. No estaba acostumbrado... Eso era cada seis o siete meses... Durante mi infanci pasé tres o cuatro.... o cinco, no me acuerdo... mucho tiempo, sí señor.... cinco años sin ver el mar, porque era muy complicado ir con los niños a la playa...
MARLO.- ¡¿Te gusta la playa....?! Te puedo dar la llave de mi apartamento de la Guaira...
ARCHI.- Marlo tiene razón... Unos días en la playa te harán bien, para que se te quite el estrés y te sientas mejor.
JAVIER.- Yo me siento bien ahora...
ARCHI.- En esta época la playa está llena de gente bella..
JAVIER.- Que no se fijaría en mí... Crees que no sé que lo pensaste... He perdido demasiado tiempo frente a la máquina de escribir, o viendo a la gente, hacia fuera, para poder contarlas, que he olvidado darme algunos premios necesarios... y encima de eso he tenido que permitir que él me falte el respeto en lo único que sé hacer como una persona respetable... Sí, necesito unas vacaciones... pero en un sitio donde vea gente decente.... gente que me quiera amar, con la que me pueda revolcar sin cesar. Donde me sienta carnero. Donde consiga un harén de niñas y niños hermosos, anhelantes de placer, de dar y recibir, sin preguntas ni poses...
ARCHI.- Estás loco...
MARLO.- (SIGUIÉNDOLE LA CORRIENTE) ¿Y tú sabes dónde queda eso...?
JAVIER.- Donde tenga mucho dinero...
MARLO.- ¿Te gustaría hacer un viaje?
JAVIER.- Tú sabes que me encantan los viajes y los premios.. como a Visen...
MARLO.- Yo puedo decirle a Wilson que te consiga un pasaje a dónde quieras, pero bájate de ahí.
JAVIER.- El pasaje que yo necesitaba que me consiguieras, me lo conseguiste hace mucho tiempo, cuando me trajeron a hablar contigo, como si yo fuera un extraño hombre... como al poeta de Rubén Darío, me mandaron a callar, porque “y que” hablaba mucho de cosas que muchos no llegaban a entender... que muy pocos comprendían... entonces me dieron mi cajita de música para que le diera vuelta a la manivela... y de ella surgía el ritmo que tú necesitabas para crear... Por eso me pusieron aparte, con los pájaros, en la jaula de afuera, para que no pudiera perturbar a los que se revolcaban en la procacidad de sus nimios conocimientos...a ésos que te rodeaban como a Blanca Nieves... y que me miran con desprecio porque no le coloco todos los acentos a las íes, o no me bato con suficiente fuerza para que hagan lo que quiero. Hasta se burlan de mí porque siempre trato de ser amable. A ésos no tengo que demostrarles nada...El tiempo se hará cargo de hacer cualquier ajuste por mí, si es necesario... y entonces se recompensará a los que haya que recompensar... El resto será olvidado... hasta los mal premiados... o a los que se robaron los premios ajenos... El pasaje, además, me lo ofreces cuando llegó el invierno y guardaron a los pájaros, los cobijaron a ellos y a mí me dejaron afuera... en el frío... (DA UN TRASPIES Y QUEDA COLGADO)
ARCHI.- ¡Se va a caer!
MARLO.- ¡Javier!
JOSUÉ.- (QUE HA REGRESADO) Cuidado... Javi... ¡¿qué pasa?! (SE SUBE PARA AYUDARLO SIN QUE JAVIER LO DESCUBRA)
JAVIER.- ... y me morí... Esperando al día siguiente hiciera un poco de Sol para calentarme, para darme calor, para que no morirme de frío... Ese fue el pasaje que me diste...
MARLO.- ¡Javier, o te bajas de ahí, inmediatamente, o quedas despedido definitivamente del grupo....! ¡Y no te quiero volver a ver nunca más buscando trabajitos por aquí!
JAVIER.- A eso fue que vine, señor dictador... perdón... señor director... Vine para que me despidieran... para que me dijeran “au revoir”... porque el pasaje para donde quiero ir, lo compré yo mismo (SACA UN ARMA DE FUEGO) Lo que pasa es que el pasaje no tiene rumbo fijo. Ya se encargará Dios o el diablo darle rumbo, pero ahora confieso que no lo conozco, que no te lo puedo decir... no te puedo decir la dirección para que me envíen postales, telegramas, o los programas de los próximos espectáculos en los que yo no soy el escritor... Bueno, y al fin y al cabo ni siquiera serías tú el que los enviaría... sino tú Archi... y él nunca me ha tenido mucho afecto... ¡¿Quién le tiene afecto a quién en esta Némesis en la que vine a caer?! Ciao... deséame buen viaje...
JOSUÉ TRATA DE DETENERLO PERO JAVIER YA SE HA DISPARADO.
MARLO.- ¡¡Javier!!
ARCHI.- Javier.
JOSUÉ.- (CON EL CUERPO DE JAVIER EN LOS BRAZOS Y SANGRNADO) ¡¡¡Coño!!!
JOSUÉ LLORA CON EL CUERPO SIN VIDA DE JAVIER.
MARLO.- Buen viaje.
SILENCIO.
MARLO.- Búsquenme a un médico y que le levanten el acta de defunción y que lo saquen de aquí. Norma, Mary, limpien todo, que no quede ni una sola gota de sangre en el escenario. El ensayo queda suspendido hasta mañana. ¡¡¡Busquen a alguien que lo lleve a la morgue!!! ¡¡¡O a algún lugar fuera de aquí, coño!!! ¡¡¡Y al que me falte o me llegue tarde mañana al ensayo, lo mato, para que acompañe a éste en la tumba!!!
MARLO HACE MUTIS ACOMPAÑADO DE ARCHI. JOSUÉ, DESTRUIDO, SACA A JAVIER, MIENTRAS NO PUEDE PARAR DE LLORAR.
JOSUÉ.- ¡Coño, chamito...! ¡Tú también...!¿¡Y ahora quien va a contarnos cuentos? ¡¡¡Coño!!!


MUSICA ARTICULADORA.








V
DEFINO Y WILSON, ESTE ÚLTIMO CON UN PAQUETE EN LA MANO, CONVERSAN APROVECHANDO LA SOLEDAD DEL TEATRO.
DELFINO.- Tenemos que deshacernos de los directores... Antes de que pase lo que tenga que pasar con Marlo.
WILSON.- Va a ser difícil... ellos se creen los legítimos herederos...
DELFINO.- Nos traeremos al payaso Argentino y convenceremos a todo el mundo de que el único heredero de Marlo es él... y san se acabó... Hay que arreglar las cuentas... Porque se ha gastado demasiado con la enfermedad de Marlo... y se supone que todos tienen que poner... porque son lo que son gracias a Marlo... pero yo no quiero que me pregunten por qué aparecen piezas y pagos de actores que no existen en mis rendiciones de cuentas.
WILSON.- ¡¿Y si los obligamos a abandonar el teatro...?! ¿Tú crees que no se den cuenta que hemos usado el dinero para...?
DELFINO.- Es una posibilidad... Otra es que se hagan la vista gorda... pero en esa no creo mucho... estos Imbéciles se la dan de correctos...
WILSON.- Pero yo no pienso meterme en líos con esos locos... La última vez me llamaron y me amenazaron... que iban a decir públicamente de dónde sale la droga que se vende por aquí...
DELFINO.- Fue un error… Tú le dijiste al Mecenas que ellos tenían sueldos por encima de todo el sector teatral y casi le quitan la partida del Consejo... No es así como debemos anularlos
WILSON.- ¡¿Cómo entonces...?!
DELFINO.- Eres demasiado básico... En lo que se muera Marlo hay que obligarlos a renunciar al Centro... con la excusa de que hay que darle paso a otros que tienen igual derecho a un espacio para desarrollarse... y ayudaremos a que pierdan el teatro...
WILSON.- Eso no es tan difícil...
DELFINO.- Eso los va a desmoralizar, se sentirán fracasados porque no los ayudaremos y podremos manejar lo que nos pertenece como nos corresponde... sin que estén husmeando... ahora voy al entierro del Javier... Yo no entiendo por qué tuvimos que pagarle a éste también el entierro...
WILSON.- Yo voy a hacer unas cositas y te aviso...
DELFINO SALE CON SIGILO Y LLEGA DANILO CON ASTRID MUY DROGADA. SE ESTAN LIMPIANDO LA NARIZ Y ARREGLANDO LA ROPA
WILSON.- ¿Qué hacen aquí..?
DANIEL.- ¡¿Por qué...?! ¡¿No puedo estar aquí?! ¡Este es mi lugar de trabajo!
WILSON.- No; digo que es raro.... Todo el mundo está en el entierro...
DANIEL.- (SOEZ, MIRANDO A ASTRID) Acabo de estar en uno...
WILSON.- Ten cuidado..
DANIEL.- No me gustan los entierros. Además, Javier no me quería mucho...
WILSON.- Marlo está allá...
DANIEL.- Y el productor está aquí... ¿Conseguiste algo para esta noche?
WILSON.- ¿De qué...?
DANIEL.- ¿Qué es eso?
WILSON.- Un paquete de Marlo, que le llegó en el despacho del Ministro...
DANIEL.- ¡¿Al jefe también le mandan?!
ASTRID.- ¿Perico?
WILSON.-Son medicamentos... Vitaminas para que pueda mantenerse fuerte…
DANIEL.- Son medicamentos de...
WILSON.- Es mejor que Marlo no se entere de esto...
DANIEL.- Lo sé... Pero es notorio... esta parado, pero se le ve más débil desde hace unos días... Lo que pasa es que nos hacemos los locos... ¿Y con el paquete no trajiste más nada?
WILSON.- El Mecenas que me hizo un comentario muy raro... Me dijo que cuando él veía las bardas de su vecino arder, él ponía las suyas en remojo... que ojalá nunca tuviera que darme una de estas bolsitas a mí...
DANIEL.- A nosotros que nos dé bolsitas, pero de otra cosa...
WILSON.- Mira y... (MIRANDO A ASTRID) ¿desde cuándo..?
DANIEL.- después del experimento quedamos con ganas...
WILSON.- ¿Y Josué...?
DANIEL.- Ni sabe, ni tiene por qué enterarse...
WILSON.- Pero esto es público...
ASTRID.- Las cosas se vuelven públicas cuando tú te enteras...
DANIEL.- Ella no puede seguir viviendo en ese rancho sin dinero... Yo le doy...
WILSON.- A todos les cuesta comenzar...
ASTRID.- Menos mal que hablé hoy con Daniel. Porque cuando hablo con él es que hay comida en la casa...
DANIEL.- Wilson, tú te has puesto a pensar lo que pasaría si por alguna razón se acabara todo esto...
WILSON.- ¿Todo esto qué?
DANIEL.- No sé... Esto que hemos logrado en este país con nosotros, con el teatro… que si a Marlo le pasara algo y todo esto se acabara...
WILSON.- Con nosotros no va a pasar nada malo... Mientras muchos países continúan en la primera mitad del siglo XX, nosotros vamos a Europa, al norte, a Australia, a todo el mundo a mostrar nuestro trabajo y que somos referencia en la historia del teatro mundial.
DANIEL.- pero... si algo pasara... si esto desapareciera... si por alguna razón todo comenzara a destruirse... ¿Qué harías?
WILSON.- (FRANCO) Me dedicaría a la política, papá.

MÚSICA GRANDILOCUENTE. TODOS SE COMIENZAN A VESTIR CON LAS ARMADURAS DE LA OBRA QUE MONTAN Y SE PREPARAN PARA LA BATALLA.

ARTIOCULACIÓN.







VI
BAJO UN CENITAL APARECE DELFINO, VESTIDO IGUAL QUE DANIEL Y WILSON Y ENSAYA A UNO DE LOS PERSONAJES HASTA QUE SE SIENTE DESCUBIERTO.
DELFINO.- Yo pude hacerle el personaje que está haciendo Daniel, pero bueno... preferí esperar... no me parece el momento indicado para llevarle la contraria a Marlo... Pero si yo me hubiera decidido yo lo hubiera hecho... Pero yo no soy como los otros que planean cosas, inventan historias y líos para quedarse con los personajes... Yo creo que las cosas les tocan a quien le tocan y ya está... Y yo soy el legítimo sucesor de marlo… En Junta Directiva se dijo que, además, el problema de la administración debe ser tratado con mano dura, porque hemos crecido y está la Juvenil, los Directores, de los que me desharé cuando pueda, la danza, los estudiantes, los festivales, las responsabilidades con la Alcaldía, las Gobernaciones, las instituciones internacionales... Y eso es mucho dinero que debe tratarse con tacto, pero sin mucho miramiento... Y Marlo decidió que fuera yo...Porque él sabe que yo sé trabajar con el dinero... El poder... porque el dinero es el poder... y yo soy el que maneja el dinero... También vendo vitamina C de mil unidades, que impide que a uno le dé esas gripecitas fastidiosas... y tengo un polivitamínico para las defensas... mucho más en esta época... una vitamina muy buena para el estrés y la caída del cabello... y alguna otras cosillas... ¿Entonces, vas a querer la vitamina C o la Leticina...? Yo me cuido... me gusta el deporte y hago siesta después de almuerzo... lo único que puede interrumpírmelo es que Marlo cite a ensayo... pero como no voy a hacer el personaje... Sí yo me decidiera... pero yo sé esperar... Hasta que llegue mi turno... Yo estoy seguro que yo también tendré mi momento... y que soy yo el que va a cerrar la Santamaría... He esperado tanto... y bueno, como la enfermedad esa no tiene cura y yo soy realista... estoy esperando.... Me gusta mucho el deporte y terminé haciendo teatro... a lo mejor por aquello del público. O sea: como en el teatro hay público... cuando salí a escena por primera vez tuve la sensación de ser un súper deportista... Me gustó... Ese personaje era para mí. El problema es que él está atravesando en este momento una crisis... La crisis de los cuarenta... Ahora hay que ayudarlo... pero sólo hasta que Marlo no esté... ¿Te imaginas a un hombre de su edad viviendo una affaire con la mujer del muchacho este?... y la cosa es pública... ¡Qué vergüenza! ¡Qué pena con su mujer y su hija..! Bueno la cosa fue que se acordó en Junta Directiva que él lo haría... Aunque yo también estaba en tipo para el Quereas... (DISCURISIVO EN CRECENDO) Hay cosas que no se deben discutir y en las que tienes que aprender a transigir por el beneficio de la institución... Y esto es una institución porque agrupa a varias entidades y está compuesta por otras organizaciones que nos convierte en la corporación teatral más importante de este país.

TODOS TERMINAN CANTANDO EL HIMNO DE LA INSTITUCIÓN, VESTIDO COMO SOLDADOS ROMANOS.
Por el triunfo de nuestro destino
Por el triunfo de nuestro vivir
Levantemos la faz y la mente
Que como siempre podemos vencer.

Interpretar siempre es ser un tercero
Que la historia quiere reflejar
Y nosotros los grandes artistas
Sí podemos de proezas hablar

Somos los últimos héroes
Los ángeles de la sociedad
Pues de ella reflejamos sus faltas
Sus dolores y su malestar

AL FINAL TODOS POSAN COMO PARA UNA FOTO MENOS ENRIQUE.
ENRIQUE.- A mí no me gusta tomarme fotos en grupo. Porque de aquí a diez años, uno comienza a ver a la gente y dice: éste ya no hace teatro, éste esta en la televisión y éste se murió y éste y éste y éste... y con las cosas como están, en unos años uno va a ver la foto y el único que va a estar como un payaso voy a ser yo... y la gente es hasta capaz de creer que yo también estoy enfermo... y primero muerto que bañado en sangre... y mucho menos con sonrisa de satisfacción.
MARLO.- ¿Sabes por qué no te vas a morir con nosotros? Porque eres un frustrado arribista, insatisfecho, porque nadie te ha amado como tú esperabas que los hicieran, cucaracha...
ENRIQUE.- Eso no es así...
MARLO.- Y la única razón por la que te vas a tomar la foto es por agradecimiento, porque yo te puse a trabajar con los aprendices, dando clases, para ver si al fin conseguías a alguien que te amara, que te cogiera, aunque fuera por el puesto que ocupas en nuestra compañía... Pero todo lo que tocas lo vuelves mierda... y podremos morir tranquilos, porque yo sé que nadie podrá amarte honestamente como tú sueñas... porque ninguna persona puede amar a alguien tan miserable como tú... ¡¡Ven a posar!! ¡¡¡Ya!!!
ENRIQUE.- Pero advierto que no cuido enfermos... porque no soy enfermera...
MARLO.- ¡¡¡Dije ya!!!
ENRIQUE VA A POSAR A REGAÑADIENTAS. TODOS SACAN SUS ARMAS Y SONRÍEN PARA LA FOTOGRAFIA Y DE UN MODO –APARENTEMENTE IMPERCEPTIBLE- TODOS COMIENZAN A EMPUJARSE PARA ROBARLE EL FOCO A SUS COMPAÑEROS Y QUEDAR JUNTO A MARLO. LOS EMPUJONES SE HACEN CADA VEZ MÁS EVIDENTES. SE ESCUCHA LA CANCIÓN DEL HIMNO DEL GRUPO. MARLO HACE UN GESTO Y SE PARA LA MÚSICA.
MARLO.- ¡¡¡Todavía no me muero, para que se estén peleando por mi puesto!!! Para que mi puesto se ocupe van a tener que echarle demasiadas bolas... En mi puesto se va a quedar el que logre interpretar correctamente al Enemigo del Pueblo y jamás, para su desgracia histórica va a entender qué es el arte, fuera de ser un producto económico... y morirán insatisfechos los que no se vienen conmigo... ¡Así que carajo, arréglense, para que por lo menos quede la constancia de que alguna vez se fotografiaron conmigo!
ESTALLA EL FLASH DE LA FOTO. MÚSICA. TODOS CANTAN EL HIMNO.
ARCHI.- ¡¡Señores, continuamos en media hora... Y Enrique... busca para donde irte, porque si no puedes ayudar a Marlo es mejor que no lo jodas..!!
ENRIQUE.- ¡Me voy...! Pero no me voy a quedar de enfermera, viendo como le roban los trajes verdes, los zapatos, las corbatas, los libros, los elefantes y hasta las cuentas de banco a cuenta de una supuesta solidaridad...
ARCHI.- (SIN PRESTARLE ATENCIÓN) En media hora...
ENRIQUE QUEDA SOLO EN MEDIO DEL ESCENARIO. TODOS HACEN COMO SI NO LO VEN.

ARTICULACIÓN.






















VII
EN PLENO ENSAYO.

CALÍGULA.- ...Lo imposible, lo busqué en los límites del mundo, en los confines de mí mismo, tendí mis manos... (GRITANDO)Tiendo mis manos y te encuentro siempre frente a mí, y por ti estoy lleno de odio. No tomé camino verdadero, no llego a nada. Mi libertad no es buena. Nada. Siempre nada. ¡Ah, cómo pesa esta noche...! Helicón no ha venido; seres culpables para siempre... Esta noche pesa como el dolor humano.
RUIDOS DE ARMAS Y CUCHICHEO. CALÍGULA SE LEVANTA, TOMA CON LA MANO UN ASIENTO BAJO Y SE ACERCA AL ESPEJO RESPIRANDO CON FUERZA. MÚSICA ATONAL. CALÍGULA SE OBSERVA. SIMULA UN SALTO HACIA DELANTE Y FRENTE AL MOVIMIENTO SIMÉTRICO DE SU DOBLE EN EL ESPEJO, ARROJA EL ASIENTO POR LOS AIRES GRITANDO.
CALÍGULA.- ¡¡A la historia, Calígula a la historia..!!
EL ESPEJO SE ROMPE Y EN ESE MOMENTO POR TODAS LAS PUERTAS, ENTRAN LOS CONJURADOS EN ARMAS. CALÍGULA LOS ENFRENTA CON UNA RISA LOCA. SENECTO LO HIERE EN LA ESPALADA. QUEREAS EN EL MEDIO DE LA CARA. LA RISA DE CALÍGULA SE CONVIERTE EN ESTERTOR. TODOS LOS HIEREN MIENTRAS CALÍGULA GRITA.
CALÍGULA.- Soy la historia...
ARCHI.- Oscuro. Música para el saludo. Prevenidos para el saludo como lo va a indicar el señor Director.
A CADA INDICACIÓN DE MARLO APARECEN Y SALUDAN CEREMONIOSAMENTE UNO O UN GRUPO DE ACTORES Y SE VAN COLOCANDO A LOS LADOS DE LA
MARLO.- (AL MENCIONARLOS SALUDAN) Los poetas, los guardias, los servidores, el caballero, Mucio y su mujer; Mereya; el Intendente; todos los Patricios; Escipión, Helicón, Quereas…

QUEREAS NO SALE. MARLO, LO NOMBRA VARIAS VECES SIN RESPUESTA. NADIE SE MUEVE. SILENCIO IMPENETRABLE.
CESONIA.- (OFF) Si quieres saludo yo antes que tú... A mí no me importa eso.
DANIEL.- (GRITANDO EN OFF) ¡¡¡Quereas ES más importante que Cesonia!!! ¡¡¡Quereas genera acción!!! ¡¡¡Yo no voy a saludar antes que Cesonia!!!
GRAN SILENCIO.
MARLO.- (EN CRECENDO) Cuando un director marca un saludo no es por capricho... porque si fuera por mí, saldría yo a saludar por la mayoría de ustedes, que no son más que unos ineptos. Se la pasan con ese complejo heredado de nunca poder inventar un coño y cagarla cada vez que pueden, aunque pidan perdón cada cinco minutos... Recuérdenle al actor que interpreta a Quereas que, o sale a saludar en el lugar que le indiqué, o va a tener que ir a hacer teatro con Alcohólicos Anónimos, de donde yo lo saqué cuando estaba a punto de suicidarse por enésima vez; porque ya nadie creía en él, porque, recuérdenle, que lo querían ver en un sanatorio o en una celda del retén de Catia, para que los malandros acabaran con lo poco que quedaba de él; que el único que le brindó una oportunidad fui yo, porque aquí, en este país de hipócritas y de retardados intelectuales, nadie creía en él... y ahora hasta amante tiene... (SE NOTA QUE SE SIENTE MAL A CAUSA DE UN FORTÍSIMO DOLOR DE CABEZA) Voy a tomarme una manzanilla en el café, y dentro de cinco minutos regreso a marcar el saludo... y si no sale la rata esa en el lugar que le corresponde, se suspende el estreno. Wilson, ven... tenemos que hablar para que solucionemos de una vez este problemita. Archi: cinco minutos... (HACE MUTIS CON WILSON)
ARCHI.- Señores, cinco minutos. ¡¡No son diez ni quince..!! ¡¡Son cinco minutos!! Así que no se vayan a ir a otro lado...y cuando vayamos a comenzar no estén, porque ya hay suficientes problemas hoy en esta producción. ¡¡Señores asistentes de producción, necesitamos más sangre...!! Compren más jabón tapa amarilla, colorante y cocinen suficiente para lo que queda de ensayos y funciones.
DELFINO.- Archi... si quieres dile al capo que si tiene problemas con el personaje de Quereas, yo estoy en disposición de hacerlo. Me sé toda la letra y la planta de movimientos... que no se preocupe... que yo si estoy prevenido... y no soy tan atrevido como para cambiar una decisión del director...
DELFINO MIRA A ARCHI Y SALE DETRÁS DEL DIRECTOR. WILSON REGRESA.
WILSON.- (A ARCHI PARA QUE TODO ESCUCHEN) ¡¡Marlo no quiere que nadie le hable a Daniel!!
TODOS HACEN MUTIS. Y SÓLO QUEDAN ARCHI Y DANIEL QUE YA ESTÁ VESTIDO DE CIVIL.
DANIEL.- Archi...
ARCHI.- ¡¿Qué?!
DANIEL.- Quiero hablar contigo…
ARCHI.- La cagaste. Marlo no puede coger arrecheras, está mal... las pastillas que está tomando le producen reacciones inesperadas... y tú haces que se coja tremendo arrecherón
DANIEL.- ¿Tú crees que suspenda la función? ¿Qué haya ido a buscar otro actor para que haga el personaje...? Yo lo conozco...
ARCHI.- Bueno Delfino está decidido...
DANIEL.- Delfino no es actor... él es administrador y punto... Yo estoy hablando de otro...
ARCHI.- Marlo no le quita el papel a nadie... En tal caso te lo quitaste tu mismo...
DANIEL.- ¡No se lo permitas, por favor...! ¡Tú eres el único que puede ayudarme...!
ARCHI.- Tú te lo buscaste… a mí no me gusta intervenir por nadie porque después te meten una patada por el culo y te tienes que quedar bien callado por cabrón.
DANIEL.- ¡Ay, padre… ayúdame! ¡Tú si puedes hacerlo! ¡¡Fue un error!! ¡Dile que soy capaz de pedir disculpas arrodillado, en público! ¡De olvidar todo..!¡De hacer cualquier cosa...! ¡Pero que no me quite el personaje! Él sabe que yo he trabajado para hacerlo como él lo quería ver... ¡No me puede suplantar...! (LLORA)
SILENCIO.
ARCHI.- Tú sabes que si puede hacerlo.... Tú sabías que esto te iba a pasar y tú te arriesgaste a que sucediera...
DANIEL.- Ella es mujer...
ARCHI.- El personaje de ella en la puesta de Marlo es más importante que el tuyo...
DANIEL.- Lo sé...
ARCHI.- Pero para tú beneficio, en este país pocos hacen teatro tan bien como tú. Eres bueno y va a ser muy difícil suplantarte.
DANIEL.- Pero no imposible... ahí está seguro Delfino hablando con él. Echándome paja. Yo lo conozco. Ayúdame, por favor. Habla con él...
ARCHI.- Ahora...
DANIEL.- ¡¡¡Coño, ya!!!
MUSICA ATORMENTADA. AL FONDO DESCUBRIMOS QUE TODOS LOS ACTORES SE PELEAN POR UN LUGAR FRENTE A LOS ESPECTADORES. SALE UNA NELLY NUEVEMENTE EBRIA Y SE PARA EN EL MISMO LUGAR DEL PRINCIPIO Y CON EL ATUENDO DE CESONIA Y REPITE LA RUTINA.

NELLY.- Ac tuhuju pack, erake io entraba
Arack tu uh pack sortimentis deste cueste leve...
Ekate pecato tuto artis... Sortimentis... sortimentis et maldicis
Toteca ka ke ceta folie... ceka ko lorke putrefacturectis...
Et por sá io tengo dora impunidad des montá ro ciel
A coté del trounus omnipotentis del Capus ereisum.

LLEGA MARLO CON SUS ADULADORES Y SE DETIENE SORPRENDIDO POR LO QUE VE HACIENDO A NELLY, QUIEN REPITE UNA Y OTRA VEZ LAS FRASES SIN PRESATARLE ATENCIÓN A NADIE.
MARLO.- (A ARCHI) ¿Y esta qué hace ahora?
ARCHI.- Siempre que se rasca lo hace... dice que es un secreto...
MARLO.- (LA LLAMA)¡Flujo!
NELLY.- ¿Qué?
MARLO.- ¿Qué haces?
NELLY.- Ensayo tu poema, frente al mar.. ¿Te acuerdas?
MARLO.- ¡¿Pero por qué de lado...?!
NELLY.- ¡Ah, el público está allá!
SE PONE EN POSICIÓN Y VUELVE A RECITAR.
MARLO.- ¡Gracias mi amor... Muy bien... Pero ahora estoy montando Calígula... y tú eres Cesonia...
NELLY.- ¡Lo sé..! ¡Gracias a ti Marlo! Tú siempre tan amable conmigo... (MUTIS)
ARCHI.- Necesita marido...
MARLO.- ¿Qué voy a hacer con estos locos...? Voy a tener que abrir una extensión de Alcohólicos Anónimos, una de Narcóticos y una agencia de Desajustados Sociales... me van a matar... ¿Qué voy a hacer con todas estas culebras? Aquí mientras más chiquitas, más peligrosas... Las tengo de todos los tamaños...
DANIEL HA QUEDADO SOLO ILUMINADO BAJO UN CENITAL.
DANIEL.- Capo.
MARLO.- ¡¿Qué?!
DANIEL.- Perdóname... Sé que estuvo equivocado... Tú siempre tienes razón... Es que estoy desesperado... Yo trabajo y trabajo y trabajo y trabajo... y no estoy bien... Y tú tampoco... No tengo una casa... No tengo un hogar para darle a mi vieja y a mi familia... Porque aunque este grupo es lo que es, todavía, a veces, yo me levanto en la mañana pensando en qué es lo que voy a comer ese día... Y ya no soy el muchacho que se fue contigo a España, a vivir la Bohemia en México... y nos levantábamos a la aventura sin preguntarnos por mañana. Éramos jóvenes, talentosos... Divinos... Pero todos unos pobres aventureros pobres... POBRES... maldita sea... y entonces yo me angustio... y pienso que puedo perderte en cualquier momento... que no vas a estar más conmigo... y la única satisfacción que siento que me va a quedar de todo esto parecen ser los aplausos... mis últimos aplausos junto a ti... porque un día nos vamos a morir y nadie se va a acordar ni de que existí... lo sé... y me siento con el derecho a ser egoísta y a pensar que deben ser los más espléndidos aplausos que voy a recibir, sin que me los arrebate nadie... mucho menos una loca como ésa... Quiero sentirme el divo que soñamos juntos... por un instante... aunque después me tenga que ir a pie a Gato Negro... mientras me evado recordando a unos hombres que me invitan a irme con ellos hasta los rieles del viejo tren, para divertirnos juntos... para sentirme joven y olvidar la miseria y el hambre... Yo soy un actor... soy tu mejor actor y tú no puedes desmentirme... Yo he caído a precipicios de los cuales he podido escapar gracias a ti, porque siempre estuviste dispuesto a darme una oportunidad... Yo soy Quereas, para ti... el Comendador y el Rey Lear y Próspero y el príncipe Constante... Tu mejor Calibán y Oberón... y todos los que tú quieras... Sé que me comporté como un niño malcriado, pero es que... cónchale... Yo no quería saludar antes que una mujer... y yo soy un hombre... y todos los hombres... Perdóname... Perdóname, ¿sí?... No me vas a quitar el, personaje... Te prometo que no vas a tener ni una sola queja más de mí... en lo que queda de pieza... Pero Marlo... no te vayas a morir sin dejarme saludar de último... Marlo... Capo... Regálame un apartamento...
DESAPARECE LA LUZ. ARIA DE WAGNER. LA BATALLA CONTINUA ENTRE LOS ACTORES COMO UNA EPOPEYA. TODOS TRATAN DE TREPAR ARRIBA SOBRE LA CABEZA DE LOS OTROS. EL PISO DEL TEATRO SE DESEQUILIBRA, HACIENDO QUE TODO ESTÉ A PUNTO DE CAER, PERO NADIE PARECE NOTARLO.
ARTICULACIÓN.





















VIII

EL ARIA SE TRANSFORMA EN MÚSICA ATONAL. UN GRUPO DE JÓVENES EFEBOS JUEGUETEAN SEDUCTORES CON MARLO, ARCHI Y SUS ADULADORES, EN UNA ESPECIE DE ORGÍA. ARCHI SE LOS LLEVA CON LA AUTORIZACIÓN DEL DIRECTOR. JOSUÉ MIRA LA ESCENA. MARLO MIRA AL INFINITO DE LA ESCENA Y CUANDO VA A SEGUIR A LOS JÓVENES JOSUÉ LO INCREPA.
JOSUÉ.- ¡Marlo! ¿Puedo hacerte una pregunta?
MARLO.- ¿Qué?
JOSUÉ.- ¿Esos muchachos saben...?
MARLO.- ¿Qué...?
JOSUÉ.- Que tu...
MARLO.- ¿Yo qué?
JOSUÉ.- Tú enfermedad... ¿Lo saben...?
MARLO.- ¡Y si lo supieran, se acostaría conmigo de todas maneras! ¡Me aman...!
JOSUÉ.- ¿Estás seguro...?(SILENCIO) ¿No vas a responder...? ¡¿Cuántos van en tu lista de contaminados?! ¿Cuántos de esos niños? ¿O piensas como Archi, que dice que antes que él se vaya se va a llevar a cuantos se le atraviesen... porque si nadie tuvo misericordia con él... él no tiene por qué tenerla con nadie...? ¡¿Por qué deben pagar con sus vidas?! ¡¿Eso es un acto de amor o qué?! Deslumbrados por ti... por lo que significas... ¿Cuántos no van a tener la oportunidad de arrepentirse....o de crecer...?
MARLO.- Vete a hinchar pelotas a otra parte... Nadie te ha dado licencia para que te metas en esto... Te prohíbo que te metas en mis polvos o te voy a desaparecer a ti con mis propias manos...
JOSUÉ.- O van a intentar hacerlo tus cómplices cuando te mueras...
MARLO.- Yo no me meto en la vida de nadie...
JOSUÉ.- ¡¡¡Estás aniquilando todo lo que has hecho, sistemáticamente, sin que nos demos cuenta... y lo poco que vas a dejar lo van a acabar tus esbirros... sin la menor oportunidad para evadirnos... ¡¿Por qué tienes que acabar con todo lo que hiciste...?!
MARLO.- ¡Vete a la mierda! (LLAMANDO) ¡Archi...!
LLEGA ARCHI CORRIENDO CON LOS JÓVENES SEMIDESNUDOS.
ARCHI.- (A JOSUÉ) ¿Qué haces aquí...?
JOSUÉ.- No vine a hablar contigo... yo no hablo con las patas de este negocio... hablo con la cabeza.
ARCHI.- ¿No ves que está ocupado?
JOSUÉ.- No me voy a ir sin que me escuche...
ARCHI.- Sal de aquí... o llamo a la policía...
JOSUÉ.- Ahora tengo testigos... Vine a decirte que por tu culpa Astrid y yo también estamos enfermos... Tú no me dijiste nada cuando te acostaste conmigo... y ahora yo no sé qué hacer... No me quiero quedar aquí. Astrid quiere irse a Europa, piensa que allá tendrá que aparecer pronto la cura... Es necesario... Yo tengo talento... y no se pueden perder mis sueños así como así... y a ti no puede dejar de importarte... yo no me voy a sumar a la furia de tus aduladores, que quieren acabar con toda la gente que está a su alrededor y no está contaminada como ellos... no pienso caer en esa extraña manera de vengarse del mundo... Qué triste... Yo te quería tanto... Bueno, te quiero..
ARCHI INTENTA ÍRSELE ENCIMA Y JOSUÉ LE PROPINA UN GOLPE TAN FUERTE QUE LO VUELA Y LO DEJA DESMAYADO, PERO NINGUNO DE LOS EFEBOS LO AYUDAN.
JOSUÉ.- Amárralo, que si vuelve intentar tocarme le voy a facilitar la muerte antes de tiempo.
MARLO.- Vete.
JOSUÉ.- Sí... me voy... Es decir...Tú nos vas a ayudar a irnos... Me vas a conseguir una beca y otra a Astrid... y nos vas a sacar de aquí, o vamos a formar un escándalo tan grande que te vas a acordar de nosotros lo que te queda de vida... porque soy capaz de acusarte públicamente para que te cusen y te deporten por asesinato premeditado. ¡Qué vaina contigo! Todo Lo que hiciste con tu talento lo escoñetaste con esta mierda, querido... Ah y actúa... porque puedo impacientarme... Si de aquí a un mes no tengo respuesta, podrían comenzar a aparecer notas y cositas en la prensa. Tú sabes... como tú nos enseñaste... Y como a la gente de este país no le gusta el escándalo... Ciao... (HACE MUTIS)
MARLO.- (A ARCHI) La fiesta se acabó...
ARCHI.- ¡Ya oyeron...! ¡Fuera! ¡Fuera de aquí!
LOS EFEBOS SE VAN IMPRESIONADOS POR LO QUE HAN PRESENCIADO.
MARLO.- Llama al Presidente... Necesito que le digas que necesito un pistón urgente... Él sabe de qué se trata...
MARLO SE SIENTE MAL. COMIENZA A DETERIORARSE. MÚSICA ATORMENTADA. EL TEATRO SE TRANSFORMA EN UN AUDITORIO. EL DIRECTOR SE ARREGLA Y SE SUBE AL PODIO. LOS POLÍTICOS Y LOS ACTORES ASISTEN.
MARLO.- Y es por eso que le otorgamos al señor Josué Meneses y a su esposa, una beca, que será entregada bianual al mejor artista joven de las artes escénicas, para que el país le permita ir a perfeccionar sus conocimientos en el área de su elección, enriqueciendo de este modo la escena nacional, porque continuaremos, de manera definitiva, equiparando nuestras respuestas escénicas a las del resto del mundo, porque nadie puede negar que este país, actualmente, es la sede del teatro joven del mundo.
APLAUSOS GRABADOS. JOSUÉ RECIBE EL DOCUMENTO Y QUEDA BAJO UN CENITAL PARA SER ENTREVISTADO POR UN GRUPO DE PERIODISTAS SIN ROSTRO. A MEDIDA DE QUE JOSUÉ VA RESPONDIENDO, MARLO SE VA SINTIENDO PEOR. UN GRUPO DE ENFERMEROS SIN ROSTROS COMIENZAN A PONERLE CABLES Y TUBOS POR TODOS LADOS. JOSUÉ SE VA ANGUSTIANDO MIENTRAS LO VE.
PERIODISTA 1.- Tenemos entendido que usted y su esposa, son los primeros beneficiarios de este plan de becas, creado por la Presidencia de la República.
JOSUÉ.- Sí... pero la verdad es que no puedo responder a ninguna entrevista...
PERIODISTA 2.- ¿Cree que valga la pena este esfuerzo del país para preparar a su juventud privilegiada en este momento que hay tanta hambre y carencias... o cree que es un intento desesperado del Presidente de la República por mantener su popularidad y un país que se le viene abajo?
JOSUÉ.- Por supuesto...
PERIODISTA 2.- ¿Por supuesto qué...?
JOSUÉ.- Es para prepararnos para el reto del... futuro...
PERIODISTA 3.- No nos ha dicho a dónde piensa ir con esa beca...
JOSUÉ.- (SIN PODER QUITARLE LA MIRADA A MARLO SUSPENDIDO CON LOS CABLES Y LOS TUBOS) ¡A la mierda...!
JOSUÉ SE MARCHA Y QUEDAN LOS POLÍTICOS MIRANDO CÓMO MARLO SE DEBATE ENTRE LOS APARATOS QUE TIENE CONECTADOS. EL ENCERADO DEL PISO SE COMIENZA A LEVANTAR Y POCOS LOGRAN MANTENERSE DE PIE. MARLO QUEDA SUSPENDIDO EN EL AIRE.
POLÍTICO 1.- Y todavía no ha comenzada a pasar nada con él... porque cuando comience a pasar, amárrense...
POLÍTICO 2.- Tiene vena...
POLÍTICO 3.- Ojalá sea sólo la vena...
POLÍTICO 1.- Podemos quedarnos tranquilos. El ingenuo cayó en la trampa y pronto se vendrá todo abajo... El poder regresará a las manos de quienes sabemos cómo se maneja.
POLÍTICO 2.- Sin embargo, políticamente nos interesa conseguir un nuevo sustituto, porque el judío que tenemos en el Ministerio y con las regionales no nos sirve sino para hablar mucho camelote...
POLÍTICO 3.- Va a ser difícil... En lo que éste desaparezca, todos van a querer su lugar. Los viejos lagartos van a regresar por el puesto que consideran que les pertenece y que les había sido despojado por Marlo, como un dictador... y los jóvenes se quejarán por la falta de oportunidades, por culpa del dictador...
POLÍTICO 1.- Pero la verdad es que ninguno fue capaz de generar un espacio alternativo y creerán que el momento de batirse ha llegado y se destrozarán por las migajas que les dejaremos...
VUELVE A REGRESAR NELLY AHORA MÁS BORRACHA Y SEMIDESNUDA Y REPITE SU RUTINA. LOS ACTORES COMIENZAN A LUCHAR COMO GLADIADORES. LOS POLÍTICOS ESCUCHAN SORPRENDIDOS SU POEMA Y SE DIVIERTEN MIENTRAS MIRAN AL DIRECTOR AGONIZANDO.
MARLO.- ¡Flujo! ¡Flujo!
NELLY.- (SONREÍDA SIN ENTENDER LA GRAVEDAD DE MARLO) ¿Dime, Marlo?
MARLO.- (SEÑALANDO A LOS ACTORES LUCHANDO) Traidores.... Todos son unos traidores... Ayúdame Flujo... se están llevando mis trajes, mis zapatos, mis libros, mis muebles, mis corbatas, mis elefantes, mis cuentas... No dejes que destruyan todos nuestros sueños... Aniquílalos pero no los dejes... Traidores... son todos unos traidores... (SE DESMAYA)
TODO PARECE DETENERSE EN UN INSTANTE.
POLÍTICO 3.- (REFIRIÉNDOSE A NELLY) ¿Quién es...?
POLÍTICO 1.- La Cesonia de Calígula...
POLÍTICO 2.- Está borracha...
POLÍTICO 1.- Siempre es así con ella.
POLÍTICO 3.- ¿Qué hace?
POLÍTICO 2.- Intenta recitar...
POLÍTICO 3.- No; quiero decir que qué hace además de esto... ¿Qué es...?
POLÍTICO 1.- En el expediente que nos dejó el asistente del agregado cultural de Venezuela en Francia, reza actriz, pedagoga, dramaturgo y sus compañeros a sus espaldas la acusan de mitómana, además de acomodaticia... no es nada boba...
POLÍTICO 2.- ¡Qué grupito! El mal genera mal entre ellos como en las langostas... Sin embargo... esta me parece interesante... ¿Qué les parece?
POLÍTICO 1.- A mí me parece perfecta...
POLÍTICO 2.- Pero es mujer...
POLÍTICO 3.- Por eso mismo. Necesitamos en el lugar que va a quedar vacío a alguien que se sienta imperfecta por naturaleza y que pierda el tiempo tratando de competir con los hombres... ah, y que nos ame a nosotros, los que no somos hijos de Layo...
POLÍTICO 1.- La creerán La Cleopatra venezolana.
LOS POLÍTICOS SONRÍEN. CAOS. COMO UNA PESADILLA MARLO AGONIZA. LOS ACTORES SE BATEN. MÚSICA. CAEN PASTILLAS. TODOS CAEN ANTE LA INESTABILIDAD DEL PISO. CALÍGULA INTENTA MATAR A CESONIA Y VUELVE A RECITAR SU TEXTO FINAL. MARÍA COMIENZA A CANTAR. EL DIRECTOR QUEDA SUSPENDIDO ENTRE TUBOS Y CABLES. COMO UNA PESADILLA QUEREAS PIDE UN APARTAMENTO, JOSUÉ TOMA UN ARMA Y LE DISPARA A MARLO Y ESTE CAE ENTRE LOS ACTORES; ARCHI ANUNCIA QUE EL ESPECTÁCULO VA A ACOMENZAR. TODOS APUÑALAN Y ACUCHILLAN A MARLO, PERO ESTE NO MUERE. LOS ACTORES NO PUEDEN MANTENERSE EN PIE. DELFINO Y WILSON SE ACERCAN A LOS POLÍTICOS CON SIGILO COMO PARA QUE LOS OTROS ACTORES NO LOS VEAN Y LE ENTREGAN UNA CARTA AL NÚMERO 3.
DELFINO.- Nosotros somos ahora los responsables de darle continuación al proyecto artístico de Marlo... Particularmente yo voy a ser el Quereas que Calígula necesitaba.
WILSON.- “El espectáculo debe continuar”
POLÍTICO 3.- Tengo una curiosidad... ¿Qué van a montar después de esto?
DELFINO.- Reforzaremos nuestro proyecto de autogestión y generaremos recursos económicos para la agrupación... todos tendremos que trabajar en eso, pero por lo menos podremos pagar los servicios básicos… y las cuentas estarán correctas…
POLÍTICO 1.- Así habla un administrador... ¿Y el artista...? ¿qué va a pasar con el artista?

MARLO MIRA SUS HERIDAS. TODOS LOS MIRAN Y GRITA DESGARRADORAMENTE MIENTRAS QUEDA CRUCIFICADO.

MARLO.- ¡¡¡Todavía estoy vivo!!!


OSCURO.

FIN.

Sábado, 23 de Septiembre de 2006.